Estos son los principales momentos en los que tu empresa necesitará liquidez urgentemente

Estos son los principales momentos en los que tu empresa necesitará liquidez urgentemente
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El flujo de caja marca el nivel de tesorería, y el balance entre pagos y cobros da la cuenta de resultados. Abrir un dashboard es un hábito saludable que permite de un vistazo información diaria y moverse por las hojas del calendario para poder maniobrar con antelación a las necesidades y negociar mejores rates bancarios. Porque en la gran mayoría de los casos, los problemas de liquidez aparecen por no tener en cuenta la fecha valor del ingreso, que es la que marca la disponibilidad real del dinero.

Una cosa es emitir facturas y firmar albaranes, y otra contar con su importe como si ya estuviera listo en nuestras manos. Una cosa es afrontar los pagos debidos a proveedores, y otra hacerlos realidad en el momento más conveniente.

Aplicar inteligencia y sistematizar protocolos produce enseguida ahorros notorios y una nueva vía, si no de ingresos, por lo menos de evitar gastos innecesarios, especialmente en comisiones de devolución de recibos, reclamaciones de deuda y multas tributarias. Es muy difícil explicar que, si la empresa va bien, haya momentos en los que no hay dinero para pagar; y mucho menos, que se haya tenido que recurrir a préstamos urgentes para tapar agujeros.

Para resolver este tipo de encrucijadas, se puede recurrir a productos como la línea de crédito Click & Pay de BBVA que, como veremos más adelante, ofrece una serie de prestaciones para pymes y autónomos que permiten resolver algunas de estas situaciones de inmediatez.

Conocer e identificar los momentos en que necesitamos liquidez

BBVA

Conocer el origen de un problema de liquidez permite actuar y revertir la situación. La actividad diaria de cualquier pyme está llena de órdenes bancarias, promesas de cobros por servicios prestados, adelantos de pago a cuenta, retención y liquidación de impuestos… Y muchas veces, el origen del problema es algo tan evidente como la falta de atención y organización.

Para evitar encontrarse sin liquidez, el empresario debe conocer las fechas más importantes de pagos ineludibles

Las pequeñas empresas, y no digamos ya los autónomos, suelen carecer de personal especializado o tiempo material para ocuparse ellos mismos de la administración contable, además de hacerse cargo de todo lo demás. Lo normal es externalizar este asunto a una asesoría contable y laboral.

Pero una asesoría no está encima de todas y cada una de las empresas que puedan administrar, ni en su día a día, ni en su capacidad decisiva y ejecutoria. Es el empresario el que debe conocer mejor que nadie su calendario de pagos y organizarse para afrontar tanto los grandes desembolsos como los pequeños, para que salte la alarma a tiempo de reaccionar. ¿Cuáles son estos momentos?

  • Pago de nóminas: hay que tener el dinero reservado y asegurarse que está disponible a partir del 24 de cada mes. Hay un margen sin incurrir en infracciones que va hasta el 5 del mes siguiente, pero se deben tener en cuenta festivos y fines de semana para no salirse de estos plazos. A partir de ahí, el trabajador puede reclamar devengos e intereses de demora.

  • Pago de seguros sociales: hay que hacer frente a los pagos a la tesorería social, la cuota por formación y otras contingencias. Así mismo, trasladar las retenciones aplicadas por rendimiento del trabajo, que han de constar en las declaraciones de la renta (IRPF).

  • Pago de impuestos societarios: transmisiones patrimoniales onerosas y operaciones societarias, actos jurídicos documentados y excesos de letras de cambio, documentos negociados y documentos de acción cambiaria o endosables.

  • Pago del impuesto de valor añadido (IVA, IPSI y IGIC): con la nueva normativa SII, ya no hay que esperar a final del trimestre, sino hasta pasados cuatro días, para llegar al objetivo del tiempo real.

  • Pagos por actividad exportadora/importadora: aranceles, derechos aduaneros, depósitos francos, DUA…

  • Pagos a proveedores: compra de materias primas, gastos corrientes de funcionamiento…

  • Cuotas mensuales fijas: alquiler oficinas, recibos de luz y agua, gasto en teléfono y banda ancha… El problema de dejar de pagar estos recibos es que llegará el corte del suministro, y volver a restaurarlo, además de ponerse al día, llevará el coste de solicitar una nueva alta, habiendo perdido la antigüedad.

Opciones de financiación

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Algunas entidades han comenzado a dar pasos a la hora de modernizar su oferta de la mano de las nuevas tecnologías y adaptándose a los tiempos de inmediatez en que vivimos. Como comentábamos al inicio de este artículo, la línea de crédito Click&Pay de BBVA pone a disposición de autónomos y pymes la posibilidad de financiar los pagos más habituales de su negocio de manera instantánea. Se puede contratar en cualquier oficina BBVA y solicitar la disposición con un solo click desde cualquier dispositivo y a un 0% de interés. Con una comisión de apertura que va desde el 0,5% al 2%, dependiendo de la finalidad del crédito, cuenta con la posibilidad de devolver en cuotas de uno, tres o seis meses.

Por otro lado, frente a las nuevas opciones de financiación alternativas —en general orientadas más al particular que al empresario—, con "créditos instantáneos" en los que, generalmente, la letra pequeña es abrumadora, las entidades financieras continúan manteniendo el negocio tradicional, con productos especializados como el factoring, el anticipo de facturas y el descuento de pagarés.

Las grandes entidades están ofreciendo productos de crédito adaptados a las necesidades actuales

Dan mejores condiciones en la concesión de préstamos y créditos con la presentación de avales que las que da un prestamista particular por una furgoneta o por una licencia de taxi. Puede que en algunas ocasiones sintamos que los trámites no son todo lo ágiles que necesitamos, pero no deja de ser una cuestión compleja que requiere un estudio detallado de la situación.

Para otra serie de compras y pagos también habituales, puede ser recomendable recurrir a otros instrumentos. Por ejemplo, la compra de equipos informáticos se puede financiar a coste 0 en determinados comercios especializados y grandes superficies con un crédito al consumo; un coche de empresa se puede adquirir bajo la modalidad del leasing. Y el pago de gastos de representación o de viajes, puede realizarse a través de tarjetas de empresa.

Una buena organización es clave

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Sin embargo, cuando el problema de liquidez ha anidado en la empresa y se ha hecho crónico, hay que intentar localizar el origen cuanto antes. Hay que evitar prácticas nocivas, que no hace más que incrementar la deuda: abusar de las tarjetas de crédito, hacer del descubierto una norma habitual, recurrir a mini créditos online instantáneos…

Es fundamental tener un calendario de pagos estructurado y conocer bien la situación de la tesorería para afrontarlos

Es el momento de echar mano a alguna herramienta que permita tener una visión de los indicadores más críticos. Por ejemplo, Click&Pay Calendar es un calendario fiscal para pymes y autónomos, intuitivo, y fácil de configurar para estar al día de los principales pagos tributarios (IVA, IGIC, Sociedades, IRPF, Aduanas, Seguros Sociales…) y evitar que se pasen sus plazos límite, al que se puede añadir otras partidas básicas como nóminas o cuotas aplazadas. Te lo puedes descargar gratis desde la web de BBVA y tener así tu negocio siempre en orden.

Hay que jugar con los distintos plazos de cobro y pago, prever si vamos a tener o no suficiente capacidad de maniobra en cada momento; en definitiva, si tenemos suficiente liquidez o si entramos en números rojos saber si es a costa de pagos retrasados o cobros pendientes que se saldarán en un lapso más o menos breve. Y para estos supuestos, acudir a alguno de los instrumentos financieros que el mercado pone a disposición. Prevenir es ahorrar.

Fotos | iStock - Dutko, Rawpixel

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