Puede parecer contradictorio, pero los autónomos también necesitan saber trabajar en equipo. No hablamos ya simplemente de aquellos que tienen personal contratado, sino también de los que trabajan ellos solos por cuenta propia. Muchos son freelance precisamente para eso, trabajar a su modo. Pero ¿realmente no necesitamos coordinarnos con nadie?
Realmente cuando empezamos a trabajar por nuestra cuenta nos damos cuenta de que son muy pocos los proyectos que podemos desarrollar en solitario, únicamente dependiendo de nuestro cliente. En muchos casos tenemos que coordinarnos con otros profesionales, por eso es muy importante saber trabajar bien en equipo.
Especialmente cuando no hay nadie encargado de coordinar el proyecto general, que se encargue de poner a todo el mundo de acuerdo. En muchos casos esta función la asume el propio cliente, que tiene que intermediar entre diferentes partes que muchas veces buscan acabar su parte lo antes posible, sin importar si afecta o no a los demás miembros del equipo.
Porque es necesario tener claro que unas partes dependerán de otras, que si no hemos acabado determinada tarea, otro no va a poder comenzar con la suya. Muchas veces ocurre por desconocimiento, ya que nos da igual estar con una cosa u otra. En otras ocasiones es por nuestra propia comodidad.
Por eso el autónomo tiene que empezar a utilizar la empatía, ponerse un poco en lugar del otro e intentar que todo el mundo haga bien su trabajo. En caso de desacuerdo tendrá que ser el propio cliente quien intermedie, por eso es importante explicar bien cómo hay que realizar el trabajo y en qué orden ejecutar las tareas o qué consecuencias tiene, generalmente en forma de retrasos, no hacerlo de esta manera.
El problema es que estas reuniones de coordinación muchas veces roban tiempo a todos los autónomos, por eso mucho huyen de ellas, aunque la realidad sea otra. Se convierten en algo imprescindible para ahorrarnos muchas horas de trabajo si cada uno entra a realizar su parte cuando debe, ya que de otro modo se convierte en una sucesión de viajes improductivos y tiempo parado además de acabar explicando por qué no podemos hacer nuestro trabajo.
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