Si analizamos los datos macroeconómicos de dos economías como España y Alemania, todo apuntaría a que debido a las dificultades por las que atraviesa la economía española, y lo boyante que está la economía alemana, sería mucho más fácil encontrar a técnicos cualificados en la segunda que en la primera, pero la realidad indica que es justo al revés.
Al menos así lo muestra el Institute for Management Development (IMD) tras la publicación de su Anuario Mundial de Competitividad 2012, que dentro de una muestra de 59 países España ocupa el puesto número 15 en el ranking, cuando otras economías con mayor impulso como la austriaca o la alemana, ocupan respectivamente las posiciones 50 y 47.
Esta situación presenta una paradoja por lo menos curiosa, lo que deja entrever la carencia existente en el estudio al no haber considerado otras variables como por ejemplo la inversión pública, el número de empresas y el grado de tecnificación de estas, entre otros. Lo que lleva a disfrazar a la situación real de la economía española, que actualmente se encuentra en una situación de sobre cualificación de su mano de obra que impide que muchos profesionales formados con estudios superiores no encuentren un hueco en el mercado laboral acorde a sus expectativas académicas.
Esta situación (tanto un extremo como en el otro) presenta un problema laboral importante, porque por un lado habrá casos como el Español en el que las empresas encuentren demasiada oferta de profesionales, y por otro, existirán países como el caso de Alemania que las empresas tengan algunas rigideces a la hora de encontrar a los profesionales más cualificados, lo que conlleva un fenómeno de crecimiento de los salarios por encima de la productividad. Lo que por suerte, está derivando en una mayor apertura de los mercados de trabajo de los países con exceso y con déficit de mano de obra cualificada.
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