Una de las cuestiones que parecen instaladas en el imaginario popular y con las que no estoy en absoluto de acuerdo es que el uso de internet en el trabajo supone una merma de la productividad y pérdida de tiempo por parte de los usuarios. En realidad creo que es todo lo contrario, internet en la pyme ayuda a mejorar la productividad.
Porque la productividad no depende de las distracciones que tenemos en nuestro entorno. Si una persona tiene tendencia a perder la concentración y dedicarse a otras tareas que las propias de su puesto de trabajo sin duda un acceso a internet no le ayudará a mantener la concentración, pero el problema no está en el acceso sino en el propio trabajador.
Porque en realidad la cuestión clave de la productividad está en saber gestionar los tiempos de descanso entre distintas tareas. Lo recomendado son parones de 5 minutos cada hora, más o menos, sobre todo si se visualizan datos o se trabaja constantemente con la pantalla del ordenador. Este tiempo administrado al finalizar una tarea nos ayudará a limpiar nuestra mente y posibilitará que volquemos toda nuestra atención en la tarea siguiente. Perder 5 minutos al finalizar una tarea para entrar en Facebook, Twitter o mirar nuestro correo personal no sólo no merma la productividad, sino que al contrario nos permitirá afrontar la siguiente tarea más concentrado. Por lo tanto no estamos perdiendo 5 minutos, sino que nos facilita mantener la concentración durante el siguiente período de tiempo productivo.
Además es una herramienta que nos ofrece gran cantidad de información que nos ayudará a resolver dudas que nos puedan aparecer en nuestro quehacer cotidiano. Sólo por la información que nos proporciona cada día en nuestro trabajo merece la pena que los trabajadores de la pyme dispongan de internet para su uso.
La cuestión de como gestionar las tareas y los descansos es muy importante para mantener la productividad. La procastrinación, el pecado de muchos trabajadores, que cualquier excusa es buena para perder la atención de su trabajo, ya sea internet, o un comentario sobre el último partido de fútbol o si Miguel Bosé se ha hecho una liposupción o una dieta ayurbédica.
El problema no está en la herramienta, está en el mal uso que hacemos de ella, para saber aprovechar todo su potencial, hay que recurrir a la formación, formación, formación... procurando ser muy didácticos, traducir a un lenguaje no técnico las distintas cuestiones relacionadas con el medio.
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