Una de las cuestiones que tenemos que decidir cuando nos compramos un teléfono e instalamos aplicaciones de las tiendas que nos ofrecen, ya sean del propio teminal como la App Store o el Android Market, como de la propia operadora que nos presta el servicio es leer bien la letra pequeña de las condiciones que aceptamos en la instalación de los productos, para saber quién decide qué aplicaciones se instalan en los teléfonos corporativos.
Y es que es un locus comunis que las tiendas en las que hemos adquirido nuestras aplicaciones puedan, llegado el momento, retirar dichas aplicaciones del mercado, lo cual es legítimo y aceptable. Cada uno decide qué vende en su empresa. Lo que ya no es tan aceptable es que puedan eliminar de tu teléfono corporativo una aplicación que compraste en su día.
Imaginaros que en vuestra empresa decidís que por un motivo X debéis retirar tal o cual producto, y buscáis a todos vuestros clientes que os compraron dicho producto para retirárselo. ¿Cómo os responderían? Además llega un momento en que cada organización no decide que instala en sus terminales, sino que acaban decidiendo por ellas, Apple o Google o Vodafone, por ejemplo.
En cierta medida, las organizaciones pierden autonomía y capacidad de decisión. Por mucho que nos digan que sólo se retirarán aplicaciones en casos excepcionales es una clausula jurídica que pueden aplicar en función de los criterios de la compañía proveedora, no de los nuestros.
Además otra de las cuestiones que nos obligan a aceptar con los terminales es referente a la geolocalización, facilitando de esta manera un modelo de negocio publicitario para la compañía proveedora, pero que a nosotros no nos aporta ningún beneficio, es más, si dichos datos caen en malas manos, sobre todo los de la competencia pueden suponer un grave problema. ¿Os imagináis a la empresa de la competencia monitorizando dónde están distribuidos vuestros comerciales?
Pueden parecer cuestiones insignificantes, pero está claro que no se deberían permitir estos abusos por parte de las grandes empresas, que al fin y al cabo acaban por pisotear los derechos e intereses de las más pequeñas. Tenemos que tener muy en cuenta todas estas opciones a la hora de elegir terminales y saber qué es lo que puede pasar y que opciones tienen las compañías de acceder en remoto a nuestros teléfonos móviles. Sin duda toda una razón más para encriptar la información que tenemos en los teléfonos móviles.
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