Parece una pregunta sencilla de resolver. Porque afectan a la productividad de los empleados, que se pasan más tiempo jugando o visitando páginas web, redes sociales, etc. que trabajando. Pero entonces la pregunta sería ¿por qué sigue en su puesto de trabajo un empleado que no cumple con sus tareas?
La cuestión es establecer un cambio de mentalidad de una vez por todas en la empresa. Debemos tener presente por qué son valiosos los empleados en nuestra empresa. ¿Sólo tienen que cumplir un horario laboral, una presencia? ¿No realizan las tareas que tienen asignadas o las hacen mal porque juegan con el móvil? Esta es la clave del asunto en mi opinión.
Cómo ya he manifestado en otras ocasiones respecto a otras cuestiones como el acceso a Internet, a las redes sociales, etc. no me gustan las políticas de café para todos. Hay usuarios que hacen un uso inteligente de estos dispositivos y otros que abusan de su utilización. Es a estos a los que tenemos que limitar el uso, no a todo el mundo.
Porque sinceramente personalmente me ayuda a mantener la concentración en mis tareas poder echar un vistazo en los descansos a mi teléfono personal. Me sirve para liberar un poco mi mente de lo que estoy haciendo, y una vez finalizado el descanso vuelvo al trabajo más fresco.
Cuando alguien no cumple con sus funciones será complicado que lo haga, ya sea que no se distraiga con el smartphone, con las redes sociales, con una revista o simplemente pensando en otras cosas como ocurre muchas veces... Dejarles usar los smartphones puede servir de motivación, pero dejando muy claro cual es la alternativa y las prioridades en la empresa.
El uso de los smartphones en el trabajo también se puede entender como una retribución no dineraria por parte de la empresa a los empleados. En todo caso debemos fijar unas políticas claras en lo que respecta a su utilización.
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