El BYOD (Bring Your Own Device) es un fenómeno que cada vez se extiende en las empresas. Y lo hace de la mano de los cargos directivos que prefieren usar sus teléfonos de última generación, los tablets o los portátiles personales, más potentes por lo general, que aquellos que les proporciona la empresa. Pero lo cierto es que el BYOD es un problema de seguridad por la baja formación en seguridad de los usuarios en las empresas.
Por lo menos eso indica un estudio efectuado por la empresa de seguridad Fortinet, realizada en más de quince países, entre ellos España, durante mayo y junio. En dicha encuesta para el 42% de los encuestados la pérdida de datos o la llegada de software maliciosos a través de estos dispositivos son los principales riesgos. A pesar de esto los departamentos IT no tiene unas políticas corporativas efectivas.
Más de uno de cada tres trabajadores un 36% admitió que ha infringido o infringiría la prohibición de usar sus dispositivos personales con fines laborales. A pesar de ello, cuando se autoriza el uso del dispositivo personal para uso corporativo dos de cada tres encuestados consideran que deben ser ellos mismos y no el departamento de sistemas de la empresa los responsables de la seguridad de sus dispositivos.
Por último las razones esgrimidas para un uso de los dispositivos personales en el trabajo tres de cada cuatro lo hacen para poder tener acceso en todo momento a aplicaciones personales. El segundo motivo más utilizado es la mejora en la productividad obtenida con este dispositivo y por último la simplicidad de no tener que usar dos dispositivos.
El principal problema sigue siendo que los usuarios no entienden las implicaciones que tienen para los sistemas de las empresas, para la información la pérdida de datos o la entrada de malware. Ya se han vivido situaciones similares con otros cambios de tecnología, cuando llegaron los discos ópticos o se popularizaron los USB pero no a este nivel donde cada usuario tiene un pequeño ordenador en su mochila.
Si sabemos aprovechar esta circunstancia ambas partes pueden sacar partido de esta relación. La empresa, porque no tiene que adquirir nuevos dispositivos y permite a los usuarios utilizar los suyos si lo desean y los usuarios que pueden tener un dispositivo más potente y con el que ya están familiarizados.
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