Ante las restricciones de movilidad, la campaña del Black Friday se anticipa más que nunca

La campaña de Navidad siempre ha sido muy importante para los pequeños comercios. Es una época del año donde reside gran parte de su facturación y que si se desarrolla con éxito les permite vivir tranquilos al menos el primer trimestre del siguiente año. Por eso siempre se han quejado de promociones anticipadas a la Navidad, con rebajas muy agresivas, como el caso del Black Friday, una moda importada de Estados Unidos, pero que cada vez adoptan una mayor número de comercios, tanto grandes como pequeños.

Y este año, cuando más que nunca se necesita una buena campaña de Navidad para ayudar al pequeño comercio, las grandes empresas han decidido anticipar el Black Friday como una forma de incentivar en consumo ante las restricciones de movilidad con ofertas muy atractivas o quizás no tanto como parece. Se trata de recuperar parte de su facturación, pero a costa de bajar márgenes. Algo que se pueden permitir las más grandes, pero que en el caso de negocios familiares o pymes, es muy complicado.

Esta campaña se realiza tradicionalmente el último viernes del mes de noviembre que este año será el día 27 y de facto ha supuesto en los últimos años el inicio de las compras navideñas. Pero este año gigantes del comercio como Amazon o El Corte Inglés se han anticipado y ya están ofreciendo estos descuentos. Si a esto le sumamos una política de devoluciones más flexible, muchos ya habrán comprado alguno de sus regalos de navidad en esta previa al Black Friday.

Lo malo de todo es que esta campaña ideada como una fórmula para vaciar stock de productos de los almacenes de los grandes establecimientos supone para la pyme un grave problema. No pueden sumarse, porque no se pueden permitir un descuento tan importante que llame la atención del cliente y distraiga su foco de las grandes campañas.

Y sobre todo porque necesitan ese margen para tener algo de beneficio que compense todos las pérdidas de meses atrás. Si este año tenían un aliado en la imposibilidad de que existan aglomeraciones, algo habitual también en el Black Friday, se han encontrado con un anticipo de los tiempos de rebajas, que les ponen en una situación muy difícil.

De todas formas tal y como se había desarrollado las ventas antes de las rebajas de verano, con múltiples campañas de media temporada con fuertes descuentos, no era raro que se anticipara. Está visto que esto es un sálvese quién pueda y recuperar algo de liquidez y en el mejor de los casos un mínimo beneficio. Habrá que ver que ocurre con las rebajas de invierno. Y a todas estas todavía quedan las ofertas del día del soltero de los vendedores de China, un momento de grandes descuentos que llega en poco más de 10 días.

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