Estoy enfadada con la ciencia: llevo desde la seis de la mañana con la productividad por las nubes

Estoy enfadada desde las seis de la mañana y no he parado de hacer cosas. Es como si mi productividad se hubiera tomado seis cafés. Enojarse no es sano, pero por lo visto sí es beneficioso para rendir más en el trabajo.

Esta afirmación la sostiene un estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology donde afirman que el sentimiento de ira puede ayudar a los empleados a afrontar tareas más complejas de forma eficiente que cualquier otra emoción.

El enfado y el trabajo son buenos compañeros

El enfado no es una emoción sana, de hecho, si eres una buena persona después de enfadarte te sientes agotado. ¿Pero qué ocurre durante ese momento en el que te sientes poseído por el Síndrome de Hulk?

Según la publicación, en todos los estudios, la ira en comparación con una condición neutral resultó ser un comportamiento que facilitó un mayor logro de objetivos en tareas que implicaban desafíos.

Es decir, no sólo somos más productivos, además somos capaces de resolver problemas o situaciones más complejas. Y es en el trabajo donde más se dan esos dos conceptos.

Uno de los estudios se centró en resolver acertijos difíciles, la ira dio como resultado más acertijos resueltos correctamente.

Otro de esos estudios tenía el objetivo de proteger los recursos financieros, la ira aumentó y las acciones tomadas bajo esa emoción ayudaron a prevenir la pérdida en comparación con una condición de excitación fisiológica.

A más enfado más perfeccionismo en nuestro trabajo

Si cuando nos aburrimos estimulamos la creatividad sin ser conscientes, cuando la ira se apodera de nosotros, se activan las ganas de mejorar y de afrontar retos siempre que tengamos la oportunidad de hacerlo.

A la hora de aportar ideas, basta con que una persona reciba algún comentario negativo para que su cerebro (enfadado) genere más y valiosas aportaciones.

Según Elevart : La ira como impulso creativo permite generar maravillosas creaciones que impactan al ser y a la sociedad procurando profundos cambios; sólo depende desde la perspectiva que se decida observar y la dirección que le queremos dar para que estas transformaciones sean significativas.

La ira mejora la productividad si hay un buen director de orquesta en la empresa

Sentir ira o frustración también nos puede llevar por el mal camino. Cuando parece que el mundo entero está en nuestra contra también somos capaces de ofrecer nuestra peor versión, y en el trabajo eso implica cometer fraudes o hacer trampas.

El director de orquesta, nuestro jefe, debe aprovechar esa emoción para canalizar esa rabia en proyectos que supongan un reto. ¡Nada mejor que desahogarnos haciendo algo útil para todos!

Y si hablamos de crear empresas gracias a la ira, el CEO de Athenahealth es un ejemplo. La frustración por los costos de atención médica y el papeleo, motivó a Bush a buscar una solución para que los médicos pudieran dedicar su tiempo a atender a pacientes, y no a la burocracia, gracias a la tecnología.







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