Teletrabajo por causa de fuerza mayor o sino mejor volvemos a la presencialidad

Primero fue la primer ola del coronavirus que obligó a muchas empresas a implantar el teletrabajo de un día para otro debido a las restricciones. Ahora ha sido la situación meteorológica, la que ante la imposibilidad de que muchos empleados se desplacen a sus centros de trabajo vuelve a imponer el teletrabajo por causa de fuerza mayor. Entre ambos escenarios, vuelta a la oficina.

Lo cierto es que más allá de un uso continuado o una situación puntual, poder trabajar desde casa se ha convertido en una realidad en muchas empresas. Por supuesto no todos los sectores lo pueden aplicar de igual manera. En algunos lamentablemente es imposible. Pero en otros simplemente es una cuestión de voluntad. Y aquí chocamos en que no todos quieren.

Lo importante es ser productivos, no desde dónde trabajamos

Y no me refiero solo a empresas privadas, también en administraciones públicas se podría haber impuesto a lo largo del año de forma mucho más generalizada para tratar de reducir la movilidad sin que afecta a la productividad y que facilita el control, o al menos una menor expansión de los contagios. Tampoco ha sido el caso en la mayoría de ellas.

De nada sirve una ley de teletrabajo, que garantice una serie de derechos a los empleados, si luego las empresas no facilitan esta modalidad para el empleo. La realidad es que muchas de las empresas que conozco que han puesto en marcha el teletrabajo lo tienen más como una opción para poder hacer tareas desde casa que antes ejecutaban en muchos casos prolongando el horario laboral en la oficina.

El teletrabajo solo se implanta a la fuerza en muchas empresas

Son pocas las que han modificados horarios, por ejemplo, implantando una jornada continua, que recorte el tiempo que pasamos en las oficinas, dado que ahora para cualquier urgencia podemos acceder desde casa. Esta sería una buena opción en muchos lugares, pero en general se sigue manteniendo la misma organización de una año atrás.

Y esto a pesar de que la productividad trabajando desde casa no se ha visto resentida. Es más al contrario, en muchas empresas los trabajadores se responsabilizan más de sus tareas. No se trata ya de mandar a la mitad de la plantilla a casa, sino más bien de conseguir que esa negativa a utilizar el teletrabajo como un recurso en cualquier momento, que facilite una mejor conciliación, se rompa.

Partimos de un nivel muy bajo de implantación del teletrabajo, alrededor del 4% antes de la pandemia. Habrá que ver cómo salimos cuando todo se normalice, si este nivel ha crecido o si solo se utiliza de forma residual para volver a lo de antes.

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