Transformar una idea en un negocio (VI): definir el equipo

Todas las decisiones que vamos a tomar en nuestro camino, desde nuestra idea original hasta la puesta en marcha de nuestro negocio, son importantes. Pero más si cabe cuando hablamos de la definición y configuración de nuestro equipo, porque para muchos, más allá de lo que se va a hacer y de cómo se va a hacer, la parte más importante y la que puede determinar el éxito de nuestro proyecto es quién lo va a hacer.

De todas formas, en la fase de creación en la que estamos ahora mismo, no tenemos porqué tener clara la configuración de nuestro equipo desde el punto de vista de las personas que lo van a componer, pero sí su definición, es decir, cómo va a estar estructurado ese equipo.

La estructura del equipo debe cubrir los tres aspectos fundamentales que debe de contemplar cualquier negocio, el aspecto productivo, el comercial y la gestión.

La parte productiva es la que se encargará de elaborar los productos o prestar los servicios que constituyen la que va a ser nuestra actividad, el aspecto comercial se ocupará de venderlos y la gestión se ocupará de la administración de los recursos de nuestra empresa.

A la hora de configurar nuestro equipo, debemos tener en cuenta que, directa o indirectamente, esa configuración ha de contemplar necesariamente esos tres ámbitos.Directa o indirectamente porque no podemos pensar en el equipo partiendo, exclusivamente, de la base de qur todos los puestos se van a cubrir con personal de la empresa, ya qur puede haber alguno de esos aspectos que puedan ocuparse con personas ajenas a nuestra empresa, recurriendo a la subcontratación.

El momento en que debemos ocupar esos puestos que configuren nuestro equipo, dependerá de cada caso. Si nuestro negocio parte, por ejemplo, de la elaboración de un producto, las fases iniciales de nuestro negocio tendrán que poner el acento en el proceso productivo, por lo que la parte comercial no interviene.

Sin embargo sí puede ser importante que personas con conocimientos y aptitudes que engloben estos tres ámbitos participen en el proyecto desde sus fases iniciales, ya que su punto de vista puede ser muy útil para el planteamiento y la definición de las fases posteriores.

Habrá ocasiones en las que los propios promotores del negocio cubran esas tres áreas, en cuyo caso, y a falta de que sea necesario aumentar la composición del equipo más tarde, nos encontraríamos en la situación ideal, ya que los buenos proyectos son los que contemplan una composición del equipo equilibrada desde el inicio.

Lo importante, antes de dar el siguiente paso, es que tengamos claro que para determinar los objetivos y las estrategias con las que conquistar el nicho de mercado, definido anteriormente, nuestra empresa debe producir, vender y gestionar. Por eso tenemos que pararnos a definir y plantear cómo formar un equipo que se encargue de todo ello.

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