Cuando no apetece fracasar

Llevamos tiempo escuchando que fracasar está bien visto en la sociedad norteamericana. Que allí el modelo de negocio que imprime carácter en el futuro empresario, es el de abrir y quebrar varias empresas antes de triunfar con una. En la actualidad con ese estribillo que repite una y otra vez: emprende, emprende y emprende, una parte de la sociedad ha llegado a la conclusión de que a algunas personas no les apetece fracasar.

Con esta idea en la cabeza, y teniendo claro que el concepto fracaso no va ligado a vivir experiencias negativas, porque de este tipo la vida nos presenta una ración cada cierto tiempo, tropecé con un artículo titulado "Pues fracasa tú, chato" firmado por Alejandro Suárez-Sánchez Ocaña que desde aquí recomiendo. En él se recoge una reflexión sobre qué significado le están otorgando otros al hecho de abrir un negocio y fracasar.

Emprender no es una moda. Parece obvio pero de tanto leer, escuchar y observar la cantidad de eventos relacionado con lo mismo, una se llega a plantear qué hicieron muchos empresarios, trabajadores, deportistas, inventores si no fue otra cosa que emprender: dar un primer paso. El problema viene cuando este gesto se convierte en una profesión en vez de en una actitud frente a un reto.

En el artículo se habla de la existencia de consultores, coaches, gurús y/o comunity managers, un porcentaje muy importante de los actuales emprendedores; pero cada vez conozco menos electricistas, panaderos o fontaneros. Curioso, ya que intuyo que se podrían llegar a ganar mejor la vida que los primeros citados. Cuestión de glamour 2.0, imagino. Opina el autor.

Fracasar, que las cosas no salgan como uno desea es normal. De los errores se aprende. El problema reside en que fracasar sea sinónimo de algo positivo, de una actitud a seguir. Teniendo en cuenta el contexto económico y la falta de ayudas para abrir una empresa mejor será optar porque las cosas salgan lo mejor posible, a pesar de que no haya nada seguro en esta vida.

Parece que todos debemos ir a la universidad, que estudiar un grado medio o superior y pensar con la cabeza además emplear nuestras manos fuera algo denostado. Que ahora lo que se lleva y lo único que tiene salida es emprender, eso sí, en cualquier escenario donde el 2.0 esté presente, tengamos o no mucho o poco conocimiento de sus normas.

Aquí, justo aquí en esa laguna de desconocimiento es donde muchos visionarios han visto su futuro resuelto y micrófono en mano o en solapa, llenan salas, universidades y venden libros prometiendo que tú vas a triunfar (primero a fracasar) y si sigues sus consejos lograrás hasta lo que no aparece en tus sueños.

De vez en cuando un poco de realidad no viene mal. No todos podremos ser compositores como lo fue Johann Sebastian Bach y por ello nuestra existencia no dejará de ser plena. Esto no es una invitación a renunciar a los sueños, sino a ser selectivo cuando nos quieren aconsejar o peor aún, orientar.

Lo esencial en el comportamiento del hombre está reflejado en libros que fueron escritos hace siglos. El problema es que gusta poco leer y muchos falsos gurús lo saben. Pero existe una gran diferencia entre la incitación a fracasar y cometer errores, que es humano.

En Pymes y Autónomos|Fracasar y no volver a intentarlo,He fracasado una y otra vez, por eso tengo éxito Imagen|visualpanic

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