Colaborar o trabajar gratis

Durante años resultó común y hasta normal que un becario tras terminar sus estudios, realizara prácticas no remuneradas en una empresa. ¿Su recompensa? Que apareciera en su currículum el tiempo que había pasado allí desempeñando su labor.

¿Qué ocurre cuando uno dejó atrás la edad del becario y tiene responsabilidades que afrontar? En este artículo de hace unos años, de los compañeros de El blog salmón, dejaban claro el hecho de que sí se puede trabajar en esas condiciones pero siempre con un contrato por medio.

A estas alturas que una empresa te prometa que formar parte de su plantilla es un incentivo para que digas sí, sin cobrar nada a cambio ya no vale. Un desempleado prefiere trabajar en algo que no le guste o que ni siquiera se aproxime a su formación, si con ello va a tener a cambio un sueldo y va a cotizar.

Por esta razón, si surge en nuestro camino la posibilidad de trabajar o colaborar en un lugar donde nos digan claramente que no nos pueden pagar (por la circunstancia que sea) ya de por sí, deberíamos plantearnos seriamente si nos interesa.

Si decidimos que vamos a aceptar ese encargo, o una colaboración puntual, un contrato debiera ser el siguiente paso. Uno en el que quede claro el compromiso por parte de los dos. Empresa y trabajador.

Es evidente que el dinero mueve el mundo, que todos lo necesitamos, y que sin él la motivación no existe, ni tampoco prevalece la obligación de ofrecer tu tiempo por nada.

Por este motivo, si existiera algún tipo de compensación: como una comisión por unos objetivos cumplidos, éstos han de aparecer en ese contrato.

En profesiones liberales, es normal el trabajar sin un salario pero sí por una contraprestación por el trabajo realizado. Se trata de un compromiso en el que te haces cargo de la entrega de un encargo en un determinado plazo, a la vez que cabe la posibilidad de que se adelante una cantidad para hacer frente a los gastos que pudieran surgir.

En todo caso, lo esencial es hacerse respetar. No existen profesiones mayores o menores. Existe trabajo. Existe un esfuerzo, un tiempo de tu vida que debe ser recompensado de una manera u otra. Y alternativas, las hay.

Es muy respetable que uno quiera embarcarse en un proyecto sin cobrar nada a cambio porque crea en él, pero siempre será él quien ponga las condiciones y decida qué horas va a dedicar al mismo.

En Pymes y Autónomos|¿Debe cobrar el becario?,Trabajar gratis no es un trabajo

Imagen|Jean Etienne Minh-Duy

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