Quiero internacionalizar mi empresa en Internet: ¿por dónde empiezo?

La situación económica actual en España no invita a muchas inversiones. Con la demanda interna prácticamente paralizada, el grifo del crédito cerrado a cal y canto y un Gobierno que, de momento, no ha sido capaz de atender las demandas más urgentes de los emprendedores, no parece que España sea el país más propicio para emprender nuestra actividad empresarial.

De ahí que, a día de hoy, parece que internacionalizarse sea la mejor salida posible. ¿Por qué no buscar fuera lo que no podemos conseguir en España? Es un camino que muchos empresarios han emprendido ya y muchos otros se están planteando. Algunos, de hecho, ni siquiera han salido de nuestro país pero ya tienen una fuerte presencia internacional en la red de redes. Yo también quiero, ¿por dónde empiezo?

¿A quién quiero dirigir mis productos?

Esta es una de las principales preguntas que todo empresario que desee internacionalizar su actividad debe realizarse pero, al mismo tiempo, es una de las que más se pasa por alto. ¿A quién quiero dirigir mis productos? Evidentemente, no es lo mismo que nuestro objetivo sea entrar en el mercado indio que en el mercado francés o inglés.

En primer lugar, nos encontramos con la muy importante barrera del idioma. A no ser que nuestro producto sea muy llamativo, exclusivo y por el que los clientes beberían los vientos, no venderemos un solo producto si el usuario tiene que tomarse la molestia de traducir un texto que ni tan siquiera conoce. La competencia se encuentra a un solo click, así que el primer paso es, por supuesto, traducir nuestra página web.

¿A qué idioma traduzco mi web? lo primero que se nos viene a la cabeza es traducirla a inglés. Evidentemente, nuestros clientes potenciales no serán únicamente los países anglosajones, sino todo el mundo, y el inglés es el idioma universal por excelencia, el que todo el mundo entiende y el más usado en las transacciones internacionales.

Pero entonces, ¿qué ocurre con aquellos que no entiendan inglés o español? traducir la página web entera a todos los idiomas existentes puede ser extremadamente tedioso y, desde luego, el esfuerzo realizado no será rentable en términos de costes y de las incertidumbres asociadas al proceso de internacionalización, por lo que, en principio, con traducirla a inglés debería ser más que suficiente, aunque todo dependerá de los países en los que vamos a comercializar el producto.

Estrategia a seguir : ¿me centro en idiomas o me centro en los países?

Una vez que hemos decidido el idioma, que en la mayoría de ocasiones será el inglés, habrá que pensar qué tipo de estrategia vamos a llevar a cabo. Aunque parezca una tontería, no es lo mismo enfocarnos hacia un conjunto de países que comparten un mismo idioma que a un solo país.

No es lo mismo vender nuestros productos en el Reino Unido que en Estados Unidos, y mucho menos en la India; aunque estos tres países compartan idioma, podremos llegar a vender mucha carne de ternera, por ejemplo, en Estados Unidos, un país en el que la comida basura triunfa, pero al mismo tiempo, ni un solo gramo en la India, un país donde la vaca está considerado como animal sagrado. Y lo sagrado es eso, sagrado, y por tanto, no comercializable.

¿Entonces, qué estrategia he de seguir? En general, todo depende de si queremos enfocarnos hacia los idiomas o hacia los países. Ambas decisiones son perfectamente válidas, pero tenemos que valorar sus pros y sus contras.

  • Enfocarnos al idioma: si nuestro objetivo es intentar captar la atención del mayor número de clientes posibles, lo ideal es construir una página web genérica para todos los países objetivo. El público objetivo será mayor, sobre todo si elegimos un idioma que sea compartido por muchas personas, pero el tipo de producto y marketing será genérico para todos los países, lo que podría ser perjudicial a medio plazo si queremos adaptar nuestro producto a los usos y costumbres de cada país.
  • Enfocarnos a los países: si nuestra intención es internacionalizarnos en una zona determinada, intentando conseguir una mayor fidelización de los clientes posible, ofreciendo lo que el público demanda, la mejor opción es enfocarnos hacia los países.
  • Una mezcla de las dos estrategias: evidentemente, esta es la opción ideal. Ofrecer lo que los clientes extranjeros demandan en su idioma. Es una opción no exenta de complejidades y que requiere mucho tiempo y costes adicionales, por lo que en ocasiones puede llegar a ser tan tediosa que acabamos por descartarla.

Desde luego, sea cual sea nuestra estrategia, lo seguro es que vamos a tener que realizar ciertos cambios sobre nuestra tecnología con el objetivo de adaptarla a las necesidades de nuestros clientes extranjeros. Este es el primer paso para abrir nuevos mercados a nuestro negocio, el primer paso para alcanzar el éxito.

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