La información la podemos tener agrupada en una sola página o distribuida en varias, aquí ya depende un poco de la estructura de la propia web. Podríamos dividir la información en varios bloques como podrían ser los siguientes:
Información social como podría ser la denominación social y la identificación fiscal, nombre y DNI en caso de autónomos y denominación y CIF para empresas.
Datos de contacto como podrían ser teléfonos, correo electrónico o fax. Además deberá constar de forma obligatoria el domicilio de la empresa, ya sea social, fiscal o de centro operativo.
Datos administrativos si ejercemos una actividad que requiera autorización o licencia administrativa, deben figurar los datos de la misma y el organismo que nos autoriza a ejercer.
Datos profesionales en caso de tener una actividad que requiera colegiación, el título académico, las normas aplicables a la profesión o los códigos de conducta a los que se ha adherido una tienda online, por ejemplo.
Esta sería la información mínima, amén de otros avisos y normativas que tendremos que cumplir, como serían la Ley de Protección de Datos o la normativa del uso de cookies, por citar dos ejemplos. Son textos que conviene tener bien presentes si no queremos llevarnos alguna sorpresa desagradable, o lo que es peor, una sanción de la autoridad competente.
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