Porque va a suponer un parón de cinco minutos en nuestra tarea que nos va a ayudar a cambiar el chip, descomprimir nuestra mente y pensar en otras cosas. De esta manera, cuando volvemos al trabajo volvemos un poco más limpios, sin el cansancio mental de llevar trabajando X horas.
Ventajas e inconvenientes de la pausa del café y las redes sociales
Esto tiene tres peligros fundamentales:
Por un lado, volver a concentrarse en las tareas del trabajo puede resultar algo más complicado. No es cuestión de tocar un interruptor y basta, volvemos a estar 100% concentrados. Pero si lo hacemos como un hábito poco a poco veremos que nos podemos acostumbrar a concentrarnos de nuevo de forma más fácil.
Las redes sociales se pueden convertir en un ladrón de tiempo si no tenemos cuidado. La consulta que íbamos a hacer en cinco minutos se ha convertido en una pausa de media hora y hemos perdido mucho más tiempo del que teníamos disponible. Es importante limitar estas pausas al tiempo justo.
La interacción que antes teníamos con nuestros compañeros ahora se puede producir en menor medida. Si antes nos acercábamos a la máquina de café, cogíamos uno y charlábamos con cualquiera que estuviera allí, por lo general de temas relacionados con la empresa, ahora nos aislamos con nuestro móvil y no interactuamos con el resto de compañeros.
Pero también tiene algunas ventajas para la empresa.
Si sabemos utilizarlas de forma correcta, mejoraremos la productividad donde se mantendrán alejados los móviles y notificaciones de las redes sociales hasta la pausa del café. Un buen uso nos puede llevar a trabajar de forma más eficaz.
Menos tráfico de red a nivel interno, donde el Powerpoint ha pasado del correo interno a las redes sociales, mejorando por una parte la seguridad de la empresa y por otra el volumen ocupado en nuestros servidores de correo. Las redes sociales se quedan con esta parte
No hay que criminalizar o prohibir el uso de las redes sociales en la empresa. Sólo tenemos que tener unas políticas claras de uso que redunden en el beneficio de ambos, usuarios y empresa. Hay que evitar los abusos y sobre todo, no medir a todos los usuarios por el mismo rasero para no ser injustos en su productividad.
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