Pesadilla en tu oficina, el autónomo no sabe a que atenerse en los próximos años

Cuando no existe un seguridad jurídica, unas reglas de juego concretas, todo se vuelve un poco más complicado. Esto es lo que está ocurriendo hoy en día con los autónomos, que viven su particular pesadilla en la oficina. Los cambios firmados en la cotización no pasarán de 2019, a priori, pero la situación podría prolongarse mucho más de lo que les gustaría.

Porque las elecciones están en el punto de mira y un cambio de Gobierno puede revertir las medidas tomadas, cambiar el sistema de cotización o dar por olvidada la cotización por ingresos. Pero esto no es lo peor de todo. Al fin y al cabo el autónomo ya asume una doble subida para 2019 y se resigna a que los tipos aplicados a la base mínima aumenten en años posteriores.

Cambios normativos llenos de buenas intenciones, pero poco más

También ocurre con leyes fallidas, artículos redactados que dan lugar a equívocos y problemas a la hora de aplicarlos en la práctica o simplemente suponen mayor problema para el autónomo, hasta el punto de hacerlos inútiles. Dos ejemplos claros, por un lado la deducción de las dietas de los autónomos, que hacen que muchos de ellos han desistido de aplicarlas.

Otro ejemplo es el pago del IVA de las facturas impagadas, una promesa que se llevó a cabo con el IVA de caja, que desde el principio ya se vio que no sería tan complicado ponerlo en práctica para el autónomo, que seguiría pagando el IVA de aquellas facturas no cobradas.

Cada vez que entra en vigor una nueva norma para favorecer a los autónomos, el colectivo tiembla

En otros casos se legisla y la situación es casi peor que la precedente. Podemos poner el ejemplo de las deducciones que se pueden aplicar los autónomos que trabajan en casa. Corre el peligro de ocurrir lo mismo con la cotización de los autónomos que no llegan al salario mínimo, que ahora por el criterio de habitualidad no tienen necesidad de darse de alta en el RETA, pero no sabemos que ocurrirá en 2019.

Con la tarifa plana ocurre un poco lo mismo. Si ahora alguien está planteándose hacerse autónomo, mejor que corra antes de que las condiciones cambien y ya no sea un año con el coste de 50 euros al mes. De toda formas, esta tarifa se actualizará de forma obligatoria para que los nuevos autónomos también vean como sus coberturas se amplían.

Y a estos hay que sumarle la reforma del RETA y sus recomendaciones. Que ya se aplicarán y negociarán seguramente con el próximo Gobierno. Todo esto hace que ser autónomo hoy en España sea como superar una carrera de obstáculos trampa, donde muchas veces la eliminación de una cuesta que deben subir, no es sino la entrada en un socavón aun mayor.

Pedir siempre factura, el tatuaje del autónomo que viene con el alta del RETA

Con todo el autónomo aprende pronto a pedir factura para todo. A saber que comprar por Internet puede no ser tan barato, especialmente si no se puede deducir el IVA o no nos emiten una factura como corresponde. Por no hablar de que al final resulta más cómodo trabajar siempre con los mismos proveedores para que la factura esté siempre disponible y sea más sencilla de deducir.

A esto le tenemos que sumar las empresas para las que se trabaja y que deciden pagar más tarde a los autónomos, simplemente porque a algún jefe del departamento financiero decide que es más rentable invertirlo que pagar antes a quién ha hecho un trabajo para la misma. Algo similar ocurre con la administración.

Pero no todo son malas noticias. El autónomo será su propio jefe... Al menos en la teoría, porque si la necesidad aprieta nos damos cuenta que el jefe es el cliente, ya que muchos autónomos no pueden permitirse rechazar un trabajo si quieren llegar a final de mes. Incluso en aquellos casos en los que nos piden cosas que no estaban en el presupuesto inicial.

Imagen | MichaelGaida

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