La vida laboral del profesional liberal: la etapa de estudiante

En este primer post voy a empezar a describir las formas de empleo que se puede ir encontrando un profesional liberal, un arquitecto, que es el caso que más conozco, durante su etapa de estudiante.

Mientras está preparándose para su etapa profesional, es habitual que un futuro arquitecto empiece a buscar trabajos que le permitan costearse los estudios y/o los vicios. Estos trabajos en su mayoría serán por cuenta ajena, voy a dejar a un lado los no relacionados con su futura profesión como podrían ser trabajos de hostelería, animación sociocultural, o incluso docencia, y me centraré en los que tienen que ver con su futura profesión.

  • La primera fórmula, muy habitual, es la de empezar a trabajar en algún estudio “para aprender”, es decir, sin cobrar un euro. El trabajo consiste básicamente en que el estudio explota tus habilidades (si las tienes) en manejo de software específico, y haces el trabajo que hacen otros compañeros, pero gratis. Con algo de suerte estos compañeros te enseñarán cosas que no sabías, o a manejar algún nuevo software que conocías, o ya con mucha suerte, el director del estudio te llevará a las obras para que aprendas como pasan las cosas del papel a la realidad.

  • Otra fórmula, muy similar a la anterior, en cuanto a las tareas a desarrollar, es entrar con una beca, o un convenio. En Galicia, por ejemplo, estas becas suelen beneficiar sobre todo a los estudios, ya que les proveen de mano de obra, generalmente bastante cualificada (alumnos de los últimos cursos de la carrera), por un precio muy asequible:

El arquitecto‐tutor o la empresa contratante pagará al estudiante, como mínimo y previo acuerdo con el alumno, la cantidad de 300 euros/mes cuando se trabaje en media jornada y de 600 euros/mes cuando la dedicación sea en jornada completa durante el período no lectivo, en concepto de beca o ayuda al estudio
Extracto del Convenio COAG-UDC 2010
  • Por último, y esto está reservado sólo a los más afortunados, puede ser que encuentres un trabajo a tiempo parcial o completo en un estudio, y que recibas un sueldo equivalente al de un trabajador con una cualificación inferior a la que aún no tienes. Por ejemplo, cobras como un delineante por hacer trabajos que requieren las habilidades y conocimientos de un arquitecto.

Como se ve, en cualquiera de las tres modalidades, el beneficiado suele ser el contratante, porque, a menos que el estudiante sea un inepto (que los hay también) el rendimiento que se obtiene puede ser muy grande. El beneficio que obtiene el estudiante al someterse a un trabajo de este tipo es que puede aprender algo, sobre todo de cómo funciona el mundo laboral, y le sirve para irse curtiendo.

En los primeros dos casos el estudiante no se da de alta en la seguridad social. Con lo cual, a efectos de su “vida laboral” estos trabajos no constan. En el tercero sí, aunque en una situación un tanto irregular, ya que, como en arquitectura no hay título intermedio, mientras no eres arquitecto no eres nada (académicamente hablando), ni siquiera delineante, con lo que, puedes darte con un canto en los dientes si te pagan como delineante.

Nota: COAG: Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia UDC: Universidade da Coruña

En Pymes y Autónomos |¿Debe cobrar el becario? Imagen | Fran Carreira

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