La caja B: ¿competencia desleal para el resto o café para todos?

Una de las batallas del Ministerio de Hacienda es la lucha contra la economía sumergida. En este sentido sus actuaciones se han centrado sobre todo en el pequeño comercio, buscando esas cajas B, donde van los ingresos de los que Hacienda no tiene conocimiento. Se trata de una competencia desleal contra aquellos que todos los ingresos los reflejan correctamente.

Dos comercios que compiten por los mismos clientes, pero uno de ellos tiene un porcentaje de su caja en negro tiene más margen de beneficio que aquel que no lo hace. Puede hacer más rebajas o descuentos, y acabará por llevarse a la clientela por la que ambos compiten. Lo mismo podríamos decir de un autónomo que está de alta y otro que trabaja, pero no se ha inscrito en la Seguridad Social. Sería otro ejemplo de competencia desleal.

Esto hace que en muchos casos se lleve a cabo la política de café para todos. Es más bien un justificación, para comenzar a llevar una parte de los ingresos sin declarar. Todos lo hacen y de otra forma no podría competir. En el caso de los autónomos no se emitiría factura por el trabajo realizado, no tendría IVA ni IRPF.

Este es uno de los principales motivos por los que muchos autónomos o pequeños comerciantes prefieren los pagos en efectivo. El pago con tarjeta deja un rastro y está fiscalizado, no es tan sencillo hacerlo desaparecer. Todavía conozco a unos cuantos que lo llevan al extremo y ni siquiera permiten el pago con tarjeta.

Esto también afectaría a las cotizaciones por ingresos reales de los autónomos que muchos reclaman. Si una parte de ellos se ocultan, se pagaría menos. Para los pequeños comercios, menos pago de IVA, menos impuesto de Sociedades, etc. Al final es un mayor margen de beneficio.

En muchos casos este dinero B generado se traslada a los propios empleados, donde una parte de su salario lo cobran en un sobre. Esto implica pagar también menos cotizaciones a la Seguridad Social y un menor coste laboral para la empresa. Para los trabajadores, cobran un poco más ya que no les aplican los descuentos de impuestos o cotizaciones en su nómina sobre estas cantidades. Pero también cobrarán menos paro o pensión.

Todo esto hace que se vaya formando una bola de nieve, un círculo vicioso que es muy complicado de romper. Lo que se debería pensar es que algo estamos haciendo mal si nuestro negocio para sobrevivir depende de mantener una caja B. Por lo hablar de hacer frente a la sanción si Hacienda nos pilla.

En Pymes y Autónomos | Cajas registradoras con doble contabilidad

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