¿Puede fracasar un producto porque sea demasiado barato?

Cuando una empresa sopesa la posibilidad de lanzar al mercado un nuevo producto y/o servicio son muchas las variables que maneja, entre las que se destacan el formato, el público objetivo, las necesidades que trata de cubrir, y cómo no, el precio al que vamos a cobrarlo.

Respecto a esta última cuestión, normalmente entendemos que si prodemos ofrecerlo a un precio más competitivo, mejor será su aceptación en el mercado y mejor nos irá, pero no sucede así en todos los casos, ya que en algunas ocasiones pagar un precio alto, por difícil de creer que parezca, se interpreta como un 'aditivo' de prestigio.

Bajo estas premisas, hoy quería hablarles sobre el fracaso del automóvil modelo Nano de la marca india Tata, que a pesar de ser considerado como el automóvil que iba a llenar las carreteras de este país asiático, no ha tenido el éxito que se esperaba, posiblemente, debido a su excepcional bajo precio.

En mi opinión, creo que ha sido así porque también, cuando apreciamos un producto que tiene un precio muy inferior al de otros sustitutivos cercanos, tendemos a desconfiar sobre su fiabilidad, temiendo que al ser tan barato sea un producto que no cubra con una solvencia determinada nuestras expectativas. No quiero decir que este automóvil sea objeto de esta última reflexión, pero la tarea de fijar una tarifa adecuada, puede llegar a ser tan importante como el diseño del producto que creamos.

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Imagen | Tecmovia

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