Cómo destrozar una imagen de marca. Caso Hawkers

Hace unos meses nos hacíamos eco del éxito de la marca de gafas que arrasa en las redes sociales, gracias a la buena relación con sus clientes a través de Internet. Copiaron a los mejores para triunfar.

Por estadística, es lógico que alguno de los miembros de una empresa con un gran número de trabajadores, cometa alguna falta, el problema viene cuando tanto la marca como los fundadores están expuestos en redes sociales, tanto para bien como para mal y es uno de sus máximos responsables el protagonista.

¿Cómo gestionar un comportamiento negativo?

En este caso, donde uno de los socios decidió que era lógico aparcar en una zona reservada a minusválidos, ya que su coche podía salir dañado por el comportamiento poco cívico de otros conductores parecería una broma de mal gusto si no fuera porque es verdad y por lo escandaloso y poco respetuoso de su proceder.

Los otros socios aparecieron en los medios tachando su comportamiento de "idiota e inmaduro", pero el mal estaba hecho. En su cuenta de Instagram (ahora privada) se podían ver comportamientos propios de una persona ostentosa: coches de alta gama, relojes, lujo a espuertas...

Ningún problema si el producto representado se tratara de ese estilo, un tanto incoherente si pensamos que se trata de gafas polarizadas a buen precio.

Ahora ya no existe en su biografía ninguna alusión a la marca, de hecho en la fotografía aparece con casco. Si bien, este error forma parte de su vida personal, la marca se ha visto envuelta cuando defendió su mal comportamiento como "Director Vip de Hawkers"

Este hecho ha generado la antipatía por parte de quienes jamás habían comprado su producto como recoge Menéame y algo más de comprensión entre sus clientes, lo cual se podía comprobar en su cuenta de Facebook, mientras hacían preguntas sobre una de sus últimas promociones.

¿Viral a toda costa?

Algunos medios de comunicación han barajado la posibilidad de que este incidente no haya sido casual, sino que forme parte de eso tan antiguo como: "Que hablen de mí, aunque sea mal". Sólo así se entendería la compra del canal del youtuber que fue agredido por un repartidor tras insultarle.

¿Una buena decisión adquirir un canal asociado a una persona que ha despertado tantas antipatías por sus "bromas" de mal gusto?

Han logrado en unas semanas despertar un rechazo hacia su marca, después de aparecer como los emprendedores que mejor han sabido conectar con sus clientes. Vendiéndose como algo más que un nombre o un producto.

Paradójicamente, las redes sociales se han vuelto en su contra. Tanto críticas como apoyos (los hay) han sido vertidos en ese espacio etéreo donde se encuentran sus clientes y patrocinados.

¿A quién le gustaría ser imagen de una marca envuelta en polémicas cada dos por tres? ¿La empresa busca dirigirse a uno nuevo tipo de consumidor?¿Esta será la última noticia de este calibre e impondrán un protocolo a seguir no sólo por los trabajadores sino por los directivos? El cual aún no se ha disculpado públicamente, ¿Fue suficiente con las palabras de otro de los fundadores de la empresa?

En todo caso, ya fueron noticia por ofender a los mexicanos aludiendo al muro que Donald Trump pretende que estos ciudadanos construyan y financien. El CM de la marca empleó un humor con muy poca gracia basándose en este hecho y perdieron a uno de sus embajadores de marca, el mexicano Sergio Pérez (piloto de Fórmula Uno)

¿Continuará la empresa esta línea? ¿Volverán a ser puestos como ejemplo de emprendedores conocidos a nivel internacional por su trabajo y no por sus escándalos en las redes sociales? Todos y cada uno de los miembros de una organización son responsables de su imagen y reputación.

En Pymes y Autónomos|La reputación, el valor más costoso

Imagen|ElisaRiva

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