Cómo combatir la desmotivación de los empleados para mejorar la productividad

Uno de los males de muchas empresas se encuentran en la desmotivación de los empleados. Existen diferencias en función del puesto que se ocupa, pero por lo general afecta tanto a los empleados como a los mandos intermedios y tiene que ver con la valoración o el reconocimiento que tiene su trabajo dentro de la organización. No es una cuestión sencilla pero es posible combatir la desmotivación de los empleados y con ello mejorar la productividad.

Lo primero de todo es lograr un compromiso entre los empleados y la empresa. Para ello es fundamental poner en valor el puesto de trabajo, no sólo en lo que se refiere al sueldo, que es lo que cada uno ve en su nómina, sino también en lo que respecta a valores no monetarios que tienen que ver con la conciliación, el ambiente laboral, bonus por productividad, etc.

¿Jefe o líder en la empresa?

A menudo el jefe en la empresa se ve como alguien que impone, frente al líder, que ve ve como alguien que motiva a los empleados para llevarlos a sacar lo mejor de si mismos en su puesto de trabajo. No todos los jefes tienen capacidad para ejercer ese liderazgo carismático, por eso es importante saber valorar otros aspectos importantes para tratar de mantener a la plantilla motivada.

Establecer una meritocracia que premie a aquellos que trabajan mejor, que aportan un plus a la empresa, frente a los empleados que simplemente cumplen con su trabajo sin esforzarse un poco más allá de lo que supone estrictamente su obligación. Establecer evaluaciones periódicas, donde se pueda charlar con libertad de qué aspectos se pueden mejorar será de ayuda en muchos casos.

Los objetivos que se fijen para incentivar a los empleados tienen que ser lo suficientemente atractivos para lograr que el empleado sienta que el esfuerzo extra le ha merecido la pena. Además tienen que ser alcanzables, ya que si están fuera de la realidad y piensa que no se puede lograr no va esforzarse por conseguirlos. Por último deberían ser progresivos en función de la consecución de diferentes logros.

Pero también tiene que tener una visión de empresa que premie el esfuerzo, que establezca una política en la que ambos salgan ganando, por un lado la empresa, porque mejora sus resultados y por otro los empleados que mejoran su salario a final de mes, trimestre o del año.

Motivar sin posibilidad de ascenso

Sobre todo en las empresas pequeñas es complicado establecer un plan de carrera, donde los trabajadores tengan una expectativa de mejora a medio o largo plazo. Lo normal es que no tengan la posibilidad de mejorar su trabajo más que cambiando de empresa, algo que no es bueno para la empresa ya que pierde a un trabajador valioso sólo por no poder ofrecer la mejora que necesita.

Es aquí donde es importante que la empresa premie a sus trabajadores con algunas mejoras laborales, que no siempre tienen que ver con un aumento salarial o de categoría profesional. Un mejor horario, una reducción de la jornada laboral o la adopción de soluciones que permitan flexibilizar y conciliar mejor la misma, etc.

También hay que comparar lo que ofrece nuestra empresa con lo que hay en el mercado. Si no tenemos algún valor añadido será complicado que podamos retener a los empleados con más talento en nuestra organización y tarde o temprano abandonarán nuestra empresa. Se convierte así en una empresa puente a nivel laboral, donde los empleados se quedan el tiempo justo antes de dar el salto a otra que ofrezca mejores condiciones.

En todo caso es importante que la empresa no deje caer a los empleados en la apatía. Al final los resultados de un buen trabajo se tienen que notar, en la cuenta de resultados de la empresa y en una plantilla motivada capaz de trabajar con un nivel de productividad elevado.

En Pymes y Autónomos | Empleados motivados, igual, a buenos resultados

Imagen | StartupStockPhotos

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