Desde luego tomar la decisión del cierre, creo que sea junto con despedir una de las más duras en la vida de cualquier empresario, las razones son varias:
- La más inmediata y evidente es que va contra la esencia y la naturaleza del emprendedor o el empresario que pone en marcha un negocio con el horizonte de conseguir generar riqueza y con el espíritu optimista necesario para arriesgar sus recursos.
- En nuestra sociedad se estigmatiza mucho el fracaso y nos preocupa el “qué dirán”. El ostracismo social y el suicicidio social siguen formando parte del ADN español, la lectura de un freno ahora y aprendizaje para el futuro, no forma parte de nuestra visión de la situación.
Consumir recursos
Hay un concepto muy interesante que aflora en muchas startups actuales que es el "burn rate" traducido puede ser cuánto tiempo puedes estar consumiendo recursos propios sin generar ingresos con tu negocio, dos meses, tres meses...define bien este plazo porque si no eres capaz de cambiar esa tendencia llegará el momento de tomar decisiones más drásticas y con la cabeza fría, si llevas invertido más de lo que te habías fijado inicialmente y la expectativa de venta no se cumple llega el momento de explorar otras vías de financiación que mantengan ese equilibrio o quizá plantearte el cierre, qué signos son fiel reflejo de que tienes que tomar esta segunda opción:
- El compromiso de tu equipo para llevar el proyecto a buen puerto está mermado, la energía inicial ha dejado paso a un cierto desánimo generalizado que impide que puedas liderar ese golpe de timón necesario para que se cumpla tu BP.
- La alineación de los socios con respecto a los objetivos iniciales no se está manteniendo, surgen discrepancias y disidencias que hacen que no tengáis un mismo foco común.
- Tu entorno personal ha dejado de apoyarte y creer, el esfuerzo personal que haces anteponiendo tu proyecto no compensa y es difícil cambiar esa tendencia, el coste de oportunidad personal es elevado y no asumible.
- Toda tu red de prescriptores, contactos y oportunidades ha sido tocada y no te quedan muchas nuevas fuentes a las que presentar tu proyecto.
Es una lástima que por no visualizar con claridad estos motivos la decisión de cerrar una pyme se retrasa "sine die" convirtiéndose en un problema de magnitud ingobernable y pocas veces reconducible.
Pymesyautonomos | La solicitud del preconcurso de acreedores Imagen | Ken Teegardin