Si buscas trabajo evita contar chistes malos o llegar tarde: 11 comportamientos que detestan los responsables de Recursos Humanos

Buscar trabajo ya es un esfuerzo y un desgaste para que, al llegar el momento de la ansiada entrevista, los nervios nos jueguen una mala pasada. Seguro que estás preparado, tienes experiencia y la formación necesaria pero las entrevistas no son tu fuerte. 

A la competencia, a la escasez de ofertas publicadas, se une el mal trago de jugártelo todo a una carta durante unos minutos. Desde Business Inside leemos que una empresa emergente de recursos humanos ha encuestado a 1.200 personas de diferentes sectores y grupos de edad, para evaluar los comportamientos que les resultan más desagradables en los candidatos en las entrevistas de trabajo que realizan.

Aunque el estudio se llevó a cabo en Estados Unidos, el escenario sigue siendo el mismo: una persona nerviosa que trata de impresionar a otra que no conoce porque necesita un trabajo. Veamos qué tipo de comportamiento habría que evitar en esas circunstancias:

Llegar tarde a la entrevista

El que espera desespera, según la encuesta, lo que más fastidia a un responsable de recursos humanos es que el candidato llegue tarde a la entrevista. Además del tiempo que pierde, no es algo positivo para quien va a ser entrevistado, las prisas nos llevan a hablar más de la cuenta y a mostrarnos excesivamente nerviosos.

Desconocer la empresa y no investigar sobre ella antes de la entrevista

Parece de lógica interesarnos por nuestra futura empresa: qué hacen, a qué se dedican, cuál es la filosofía, misión o valor. Sólo hace falta hacer una búsqueda en Google para averiguar todos esos datos.

Uno de los responsables que fue entrevistado añadió que buscar información sobre la empresa es una ayuda para los candidatos cuando deban explicar el por qué quieren trabajar en ella.

Equivocarse en el nombre de la empresa

Parece un chiste, pero no lo es. Sobre todo, si estás acudiendo a diferentes entrevistas y un despiste te juega una mala pasada. No acertar con el nombre de la empresa en la que deseas trabajar implica ofrecer una imagen descuidada y de nula atención a los detalles.

No vestir de la manera apropiada

No se trata de llevar un traje y corbata o ir bien vestida a la entrevista. El atuendo debe transmitir confianza y pulcritud. La ropa debe ser la propia de un profesional, se puede vestir de manera informal pero no descuidada.

Incluso se puede preguntar a la persona responsable de la contratación cómo se viste normalmente en el trabajo o si existe un código de vestimenta.

Hablar de temas personales

Los encargados de recursos humanos no son un confesor, de hecho, hablar sobre temas personales puede verse como una falta de respeto y de tacto, sobre todo si trata cuestiones relacionadas con su anterior jefe, tal y como vemos en muchas redes sociales.

Compartir problemas de salud mental durante la entrevista podría restar puntos de cara a algunos reclutadores, aunque este tema es complejo y delicado. Pero para evitar problemas, lo mejor es ceñirse a las preguntas que nos hagan.

Utilizar muletillas genera rechazo en los reclutadores

A veces, entre una frase y otra algunas personas en vez hacer una pausa en silencio, utilizan palabras como "eeeeh", "pueees", que dan pie a pensar que el candidato no es de fiar y además no tiene don de palabra.

Decir muchas veces palabras como "como" y "literalmente"

Según el estudio, algunos reclutadores pueden percibir el uso de la palabra "como" durante una entrevista como una señal de que el entrevistado carece de inteligencia, es duro, pero así son sus reglas. Lo mismo les ocurre con la palabra "literalmente".

Reprogramar la entrevista ese mismo día

Somos humanos no máquinas, en algunos casos es posible que debamos reprogramar la entrevista por un asunto de fuerza mayor. No pasa nada siempre y cuando el motivo sea de peso y se le comunique al reclutador.

Porque si no le avisa, este comportamiento será visto como un reflejo de una mala gestión del tiempo.

Los motivos razonables que cuentan en la encuesta están una enfermedad, una emergencia familiar o problema con el vehículo.

Contar chistes y hacer bromas

Los nervios, los nervios pueden empujarnos a decir o hacer cosas inapropiadas, pero según una encuesta de CareerBuilder un entrevistado cantó sus respuestas a las preguntas del reclutador, mientras que otro hizo una entrevista telefónica en el baño y tiró de la cadena.

Seguro que todos tenemos un lado gracioso, pero es mucho mejor no mostrarlo ese día, podría costarnos el puesto y no merece la pena arriesgarse.

Equivocarse al decir el nombre del reclutador

Todos agradecemos que nos llamen por nuestro nombre, así que ir a la entrevista sin saber el de la persona que te va a entrevistar puede sentar mal.

Tal vez parezca una exageración, pero algunos reclutadores pueden llegar a perder el interés por un candidato si éste no se ha molestado ni en saber cómo se llama, incluso puede modificar la decisión y el transcurso de la entrevista de trabajo.

No hacer preguntas

Los responsables de recursos humanos invitan a los candidatos a un puesto de trabajo a preparar una serie de preguntas que van formular durante la entrevista.

Tiene su lógica porque es lo que esperan, y si no haces dos preguntas parecerá que no tienes interés o no estás comprometido tal y como le gustaría o espera el posible empleador.

De hecho, las preguntas pueden servir para aprender más sobre la empresa y conocer datos que no aparezcan en Internet.

En resumen, lleguemos a nuestra hora, vistamos bien, mejor no contar chistes, no hablar mal de otro jefe, conocer la empresa, avisar si hemos de cambiar el día de la entrevista, preparar un par de preguntas sobre la empresa y olvidemos las muletillas al hablar.

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