Startups que valen millones: el caso de la adquisición de WhatsApp por Facebook

Durante el día de ayer, la mayor red social del mundo, Facebook, anunciaba ante la sorpresa de propios y extraños, la adquisición del servicio más popular y utilizado de mensajería instantánea, WhatsApp, por un montante total de 19.000 millones de dólares (unos 13.800 millones de euros); una adquisición que supone la operación más importante de los diez años de vida de Facebook y que se suma a otras adquisiciones muy conocidas en el sector tecnológico, como la de Youtube por Google o la de Instagram por la propia Facebook.

Sin embargo, esta operación puede sembrar dudas entre los inversores y el público en general en torno a si el coste por la adquisición de WhatsApp ha sido el correcto o, en cambio, ha sido demasiado caro, teniendo en cuenta que WhatsApp no cuenta con un modelo de negocio ni de ingresos definido, al margen de un pago irrisorio anual por el uso del servicio y que el servicio que suministra WhatsApp ya era de algún modo proporcionado por la propia Facebook. Sin embargo, existen otros elementos no monetarios que han servido para que esta operación en particular y el resto de operaciones entre empresas en general salga adelante.

Tengamos en cuenta que, en la actualidad, WhatsApp procesa cerca de 27.000 millones de mensajes al día y tiene más de 450 millones de usuarios activos al mes. Una extensa red de usuarios que le permite a Facebook el acceso a un mayor público potencial, además de convertirse de la noche a la mañana (con 19.000 millones de dólares de por medio) en la empresa con mayor número de usuarios de mensajería instantánea del mundo. En definitiva, se trata de una decisión más estratégica que rentable.

El caso de WhatsApp se suma al de otras startups del sector tecnológico que, con una inversión inicial pequeña y unos costes operativos reducidos acaba valiendo millones. Una firma escalable, con tecnología propia, una buena cartera de clientes, sistemas patentados y un fuerte mercado. Éstas son algunas de las competencias que una multinacional busca en una empresa de reciente creación cuando sale de compras. Este ha sido el caso de Youtube, adquirido por Google en 2006 por un montante total de 1.300 millones de euros, o el caso de Instagram, que fue adquirida por la propia Facebook por 1.000 millones de dólares.

Pero no tenemos que cruzar el charco para encontrar ejemplos paradigmáticos de startups tecnológicas adquiridas por gigantes. En nuestro propio país tenemos varios ejemplos de empresas a las que las grandes empresas les habían echado ya el ojo. Por ejemplo, Softonic, cuyo capital fue adquirido en un 30% por el fondo suizo Partners Group; eDreams, vendida a la firma británica Permira por más de 250 millones de euros; o Panoramio, adquirida por la mismísima Google.

En todo caso, hacerte rico de esta manera no es en absoluto sencillo. La idea tiene que ser original e innovadora, al margen de contar con un mercado potencial razonable. El caso de WhatsApp, sin un modelo de negocio definido, no puede tomarse como ejemplo, puesto que su valor añadido es la gran cantidad de usuarios que utiliza diariamente este servicio. Sin estas premisas, el foco de las grandes empresas no se fijarán en nuestro negocio.

En Pymes y Autónomos | Cómo el caso de WhatsApp nos enseña a que si quieres que valoren tu trabajo no debes regalarlo Imagen | OwenBrown

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