Me cambio a Linux, y ahora ¿cómo elijo distribución en mi empresa? (I)


Cuando hablamos de Linux y empresas dos son los nombres que aparecen destacados por encima de todos Red Hat y Novell. Estas dos empresas son las que dominan el mercado en el mundo del soporte profesional en Linux, pero muchas veces cuando una empresa busca un cambio, busca simplemente una distribución que funcione bien y le ahorre algo de dinero, no pagar por un soporte. Por eso cuando llega el momento de tomar la decisión de: “Me cambio a Linux, y ahora ¿cómo elijo distribución en mi empresa?“ tenemos que considerar una serie de factores.

Debemos en primer lugar saber con qué equipos contamos o contaremos en el futuro. Cada vez es menos frecuente, pero todavía hoy en día sigue pasando que algún hardware no está bien soportado en Linux. En los equipos de sobremesa es menos habitual, pero en los portátiles ocurren con alguna frecuencia que una distribución no soporta los controladores de tal o cual tarjeta de red inalámbrica o del lector de tarjetas de memoria.

El tema del reconocimiento del hardware no sólo se ciñe a nuestros equipos, sino que en la empresa también tenemos que tener en cuenta los periféricos de red, impresoras, escáner o otros dispositivos que podamos tener conectados en red deben ser bien reconocidos e instalados correctamente en la distribución elegida. Vamos a ver algunos puntos a considerar a la hora de elegir distribución:

Cómo elegimos la distribución Linux


Lo primero que tendríamos que decidir es a qué familia pertenecerá nuestra distribución, por decirlo de alguna manera. Debian o Red Hat son las principales ramas del mundo Linux y los programas o paquetes tienen su propio instalador. Hoy en día es raro no encontrar un programa en alguno de ellos, pero a veces ocurre, por lo que deberíamos verificar si los principales programas que queremos están disponibles.

No es conveniente lanzarse a algo que no conocemos, por lo que si queremos dar el paso conviene estar un tiempo usando una distribución, ya sea en un equipo de trabajo primero o en el hogar. Una vez familiarizados y revisados todos los contratiempos y ventajas que podemos tener tocará tomar la decisión. Cuanto más hayamos trabajado con una distribución antes de instalarla en toda la empresa menos sorpresas nos llevaremos.

No sólo dependerá de nuestra distribución, sino de el entorno de escritorio que decidamos tendremos unos programas u otros. Esto no quiere decir que si nos encanta un programa que viene con el escritorio KDE y nosotros tenemos Gnome, no podamos instalarlo, pero si es conveniente tener claro las diferencias entre distintos entornos de escritorio. Además cada distribución saca mejor partido a uno u otro escritorios.

Sofware instalado

Una vez completados los dos pasos anteriores, tendremos que afinar qué programas queremos tener por defecto instalados y cuáles no. Las distribuciones Linux no son como Windows, además del sistema operativo incluyen una serie de programas ya instalados por defecto. ¿Tendremos OpenOffice o Lotus Symphony? ¿Necesitamos un gestor de fotos instalado o un reproductor de vídeo?

Linux es muy flexible y podemos encontrar distribuciones pensadas para diseñadores gráficos o todo lo que tenga que ver con la edición de sonido o vídeo, con una selección de programas más enfocada a estos propósitos. Existen distintas distribuciones que tratan de adaptarse a distintos sectores profesionales, que vienen con herramientas que dichos sectores demandan.

Compatibilidad con Windows

A veces algunos programas no están disponibles para otros sistemas distintos a Windows. En Linux tenemos dos maneras de utilizarlos. WINE es un programa que nos permite instalar programas de Windows en Linux. No todos funcionan tan bien como debieran pero para muchos de ellos nos plantea una alternativa válida. Últimamente ha mejorado tanto, que hasta se han llegado a encontrar virus en programas instalados con WINE

La virtualización nos permitirá tener un Windows completo dentro de nuestro ordenador con Linux. No me extenderé mucho sobre su uso, pero es un programa que nos permitirá utilizar Windows como si fuera un programa en Linux, a los efecto abriremos nuestra aplicación de virtualización elegiremos nuestro Windows y se abrirá como si iniciáramos el ordenador al encenderlo. Todo lo demás funciona como un ordenador normal y nos permitirá instalar aquellos programas que utilizamos ocasionalmente y que nos podemos portar a Linux.

Todos estos aspectos son importantes. Para aquellos que no saben nada de Linux les puede parecer complicado, pero en realidad no lo es tanto. Es casi tan sencillo como elegir entre las distintas variedades de Licencias de Windows, Starter, Home, Profesional, Ultimate. Todos estos aspectos nos ayudarán a elegir entre una u otra distribución de las que ofreceremos cuatro alternativas próximamente.

En Tecnología Pyme | Cómo escoger una distribución Linux para empresas

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