Lo cierto es que en muchos casos un usuario sin los debidos conocimientos para el uso de una herramienta tecnológica no deja de necesitar una tutela mínima y una formación básica. En este sentido se comporta exactamente igual que un menor, no conoce algunos de los riesgos a los que se expone con el uso del tablet.
Muchas empresas ya ponen en marcha estas políticas antes de hacer entrega de los dispositivos móviles a los usuarios. Antes con los portátiles, ahora con tablets y smartphones deben existir unas reglas básicas que el usuario se debe comprometer a respetar, preferentemente firmando el documento que especifica las condiciones de uso, para luego no llevarnos disgustos.
Al fin y al cabo, eso que llamamos sentido común, que es básico aplicar para mejorar la seguridad de los equipos informáticos, va asociado a la experiencia y la formación que tengamos. Si no hemos manejado nunca un tablet o un smartphone, lo más probable es que desconozcamos algunos de los peligros básicos a los que nos enfrentamos.
Canales de mensajería instantánea, redes WiFi públicas inseguras, necesidad de cifrado y conexiones seguras, etc. Pero también el peligro de instalar aplicaciones desde lugares inseguros o pérdida de información por no bloquear de forma adecuada el teléfono. ¿Se realiza formación antes de la entrega de un dispositivo de estas características en vuestra empresa?
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