¿Y si todos los trabajadores fuesen autónomos?


Chavalina me daba por Twitter esta idea para un post, para reflexionar sobre el entorno y la reforma laboral que tenemos en ciernes. ¿Qué pasaría si todos los trabajadores fueran autónomos? Así a bote pronto, en las mismas circunstancias que nos encontramos ahora más de 3 millones de personas. Veamos a vuela pluma lo que se me ocurre al respecto, porque es un tema complicado de prever.

No existiría la prestación por desempleo ni los subsidios por desempleo. Si todos fuésemos autónomos, nadie cobraría el paro, por tanto las cotizaciones sociales para las empresas serían mucho más baratas.

El sistema de pensiones habría perdido la viabilidad hace tiempo, dado que la recaudación que tiene la seguridad social por autónomos es muy inferior a la que se lleva a cabo por el régimen general, aún suponiendo que todos los trabajadores cotizan en autónomos. En esta línea, las pensiones serían un problema a día de hoy, claro está que deberíamos retrotraernos al momento en el que todos los trabajadores fueran autónomos.

Las bajas laborales serían muy inferiores. Los autónomos no suelen pedir bajas por enfermedad inferiores a 4 días, aunque no acudan a su trabajo. Esto implica una mejora teórica de los niveles de productividad. Estos motivos generarían un alza importante en los “salarios” o contratos mercantiles que se suscribirían entre las empresas.

La movilidad laboral sería efectiva, al igual que se generaría una mejora muy importante en las retribuciones del factor trabajo. Tengamos en cuenta que existiría una verdadera profesionalización de todas las áreas y sólo los mejores trabajadores tendrían consciencia de aspectos como competitividad, precios, plazos de entrega…

En esta línea, las posibilidades de conciliación serían mucho mayores al pactar distintas fórmulas retributivas y horarias entre las distintas empresas.

Las mejoras en las empresas serían directas. Si los propios trabajadores tiene actuar como empresarios, asumir costes y riesgos, la figura de los socios, necesidad de cooperativismo real, asociaciones y resto de estructuras que potencian el tejido económico estarían a la orden del día.

Y por último, si los funcionarios pasaran a ser autónomos, probablemente el Estado tendría que privatizar muchos de los servicios que ofrece, con la consiguiente bajada de impuestos. Muy pocos empleados de la administración pública se encuentran en su trabajo por la labor que desempeñan sino por la falacia del trabajo fijo. Si este desaparece, otro gallo cantaría.

Si 3 millones de personas son autónomos y viven ¿por qué no puede hacerlo una economía en pleno?

En Pymes y Autónomos | La CEOE no representa a los autónomos
Imagen | Victor Vic

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