Apuntes antes de la reforma laboral

El ambiente está caliente y mi intención no es echar más leña al fuego. Sólo pretendo hacer una reflexión sobre el momento en el que nos encontramos, hacia donde queremos ir y qué camino debemos escoger para ello. La reforma del mercado laboral que saldrá a la luz en los próximos días no va a crear empleo por si misma, de hecho la función del Gobierno no es crear empleo, si no poner las bases para que las empresas contraten trabajadores en un marco justo para ambas partes.

Lo primero que debemos de tener en cuenta es que para que una empresa se proponga contratar a uno o varios trabajadores se necesitan dos cosas. La primera, que la empresa necesite ampliar su plantilla y la segunda que pueda asumir el gasto de esa ampliación, el problema de la situación actual es que, en la mayor parte de los casos, no se dan la primera o la segunda premisa, por tanto lo más urgente sería trabajar es en ese sentido.

En cuanto a los términos de la reforma, los derechos de los trabajadores, etc. Es evidente que el modelo y la manera de pensar de patronal y sindicatos está condicionada por la estructura económica de nuestro país. La gran mayoría de los puestos de trabajo están, o estaban hasta el inicio de la crisis, en la administración pública, la construcción y la hostelería.

Cada uno de estos sectores tiene sus características, y dejando aparte el tema del funcionariado, es evidente que las condiciones laborales de los otros dos sectores han estado ligadas en luchas ocasiones a la lucha patrono-trabajador, fraudes en contratos, horas extras obligatorias, pagos en A y en B, precariedad, absentismo, baja productividad, etc.

Lo que debemos plantearnos y, por ende en ese sentido debe de ir esta reforma, es si lo que queremos es una adaptación de nuestro mercado laboral a este mismo sistema con un simple cambio de reglas, o si lo que se persigue es crear unas nuevas condiciones de trabajo para un sistema distinto donde se busque una nueva estructura económica y se potencien otros sectores.

Mi punto de vista es que esta reforma debe de ir encaminada a una modernización de las relaciones laborales pareja a la modernización de la estructura económica de nuestro entramado empresarial. Ahora mismo España puede desarrollar una industria moderna basada en sectores donde nuestras empresas pueden exportar conocimientos y experiencia, energías renovables, tecnología de la información, biotecnología, infraestructuras, etc.

Sectores que si se incentivan pueden crear empleos especializados, de calidad y que no necesitan unas relaciones laborales con una orientación del siglo pasado. La conciliación de la vida laboral y familiar, la formación y el reciclaje, la productividad son las bases del empleo moderno, ni indemnizaciones, ni salarios, eso ya no pertenece a este momento, las conquista sociales ahora son otras y eso es lo que debería de tenerse en cuenta.

Necesitamos empresarios modernos no patronos, necesitamos personas que velen por los derechos de los trabajadores no sindicalistas exacerbados ni piquetes informativos. Modernícense ambos, porque si no hay empresas no hay trabajo y si no hay trabajo no hay derechos ni adquiridos, ni sin adquirir. Y enlazo esta reflexión con la que expusimos hace unos días, ¿y si todos los trabajadores fuesen autónomos?

En El Blog Salmón | La reforma del mercado laboral
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