De pie y sin ordenadores

En el mundo de la empresa, y las pymes no son una excepción, se funciona igual que en el resto de la sociedad. Modas, tendencias, verdades apriorísticas, etc, se van imponiendo por turnos, nadie cuestiona nada, y el que lo hace parece o un tonto o un cínico. ¿He dicho nadie? Bueno, casi nadie. Ya vimos algo en cuestión de almacenes, por ejemplo. Pero si os parecía radical, esperad a ver la propuesta que viene desde Japón en materia de gestión empresarial, en la que se prescinde de dos elementos que consideramos indispensables.

El Presidente de una filial de Canon Inc, Canon Electronics ha publicado un libro titulado Eliminar sillas y ordenadores mejorara tu negocio. ¿A que suena raro? Pues quizás no tanto, y quizás convendría reflexionar acerca de esta propuesta en el mundo de las pymes.

En los comentarios del Blog de Kirai de donde extraigo la noticia se reproduce el mismo fenómeno que en Japón: explotación, atraso, etc. Y, salvo alguna excepción, creo que no profundizan en exceso en el impacto que se busca en la gestión. Permitidme que haga una pequeña digresión ilustradora a propósito de las sillas.

Algunos habréis estado en una sidrería clásica guipuzcoana. Si de verdad era clásica, tendría un factor fundamental, se come de pies alrededor de una mesa. Y eso supone una experiencia nueva. De algun modo es como cuando comes con un grupo de amigos en la barra de un bar, con pinchos y raciones, a lo que se añade el trasiego permanente arriba y abajo a la búsqueda de la sidra a las kupelas (toneles).

Seguro que se esta mucho más descansado sentado en sillas, y de hecho hay sidrerías así conformadas, pero muchos prefieren esa supuesta incomodidad. El motivo principal que aducen es que facilita la conversación, el ambiente, al permitir moverse alrededor de la mesa, al facilitar los paseos mencionados por la sidra. Una experiencia que el modelo restaurante no da.

La apuesta del ejecutivo japones apunta por ahí. Las sillas vienen a ser el ultimo reducto de las antiguas oficinas, de esos compartimentos sustituidos por las modernas oficinas diáfanas, por ejemplo. Por tanto, cabe cuestionarse su existencia sin que le acusen de esclavista. No creo que eso impida, por otro lado, que haya lugares de reposo o descanso en la empresa, o zonas habilitadas conforme el modelo tradicional para atención de visitas o gestiones puntuales (no será la primera vez que veo u despacho de abogados donde el único despacho de postín es el se usa para las visitas, y lo demás son zonas comunes).

Y respecto al ordenador, y con ánimo de extender en en exceso el post, creo que también cabe cuestionarse cuanto supone de incremento de productividad y cuando de procrastinación para algunos. ¿De verdad son necesarios tantos ordenadores?, ¿de verdad necesitamos los últimos equipos, la tecnología más reciente, etc?

Lo dicho, son planteamientos rompedores, pero a los que creo que hay que acercarse desde la ausencia de prejuicios.

Vía | Kirai
Más información | Amazon
Imagen | Hector García

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