Confesiones de un empresario: algunas lecciones aprendidas en el negocio

Con el devenir de una empresa, cada día suceden situaciones que mejoran nuestro conocimiento del negocio y nos proporcionan aprendizaje sobre lo que es interesante y lo que no de cara a la consecución de nuestros objetivos. En esta entrada recojo pequeñas lecciones para pequeñas empresas que, cuando te tomas un momento para mirar hacia atrás y revisar notas, resumen algunas enseñanzas de distintas realidades en varias empresas con las que he colaborado en algún proyecto.

Asiente los fundamentos de su organización y manténgalos vivos

La mayoría de los empresarios asumen riesgos y trabajan de una manera intensa. Por mucho que nos parezca que es glamuroso en realidad es una montaña rusa de emociones y de altibajos financieros que sólo consigue estabilizarse cuando se producen mejoras incrementales y las tareas repetitivas son consistentes y repetitivas.

Los empresarios que se preocupan por mantener cierta “tensión” organizativa son los que consiguen tener una empresa más alineada y orientada al cliente. Son conscientes de que las llamadas son importantes, tienen reuniones no sólo con directores o jefes sino con quien tiene información de primera mano de los problemas, cuánto más consciente es de las actividades cotidianas mayor éxito suelen tener, además de incorporar la innovación constante a sus clientes.

Una cosa a tener en cuenta es que usted tienden a crear procesos repetibles. Piensan en qué pasará cuando no estén y por eso quieren dejar una base de trabajo establecida para evitar la incertidumbre frente a situaciones.

Ningún sueño es demasiado grande

La innovación y la imaginación son las claves para el éxito de un negocio, no tanto el tamaño, recientemente un cliente con una pequeña empresa ha conseguido entrar en un competitivo mercado internacional por su capacidad de adaptarse y ser versátil para las peticiones de los clientes mientras que las empresas que ya están en el sector, tienen plazos eternos y poca adaptabilidad a las peticiones de los clientes.

Percibir la falta de innovación en la industria y decidir hacer algo al respecto es un buen plan. El camino no es fácil, pero con una considerable cantidad de trabajo duro, los clientes llegarán. Con un poco de imaginación y un pensamiento innovador, es posible que su competencia se vea amenazada.

Seguimiento de todo lo importante

Tenemos la idealizada imagen de que los empresarios son conocidos por sus genialidades en cualquier momento del día o de la noche. Desayunan con una idea para una nueva iniciativa de marketing, almuerzan con un concepto brillante para un concurso de ventas y cenan con una innovadora forma de retener a los clientes. Como historia para contar puede sonar emocionante pero no hay nada tan importante y significativo que hacer seguimiento del progreso de cualquiera de ellos.

Todo en su negocio se reduce a los números. De lo que no hacemos un seguimiento y no lo cuantificamos, las posibilidades de que mejore son escasas, esto es lo que hace una verdadera diferencia.

La cultura y la gente importa

La calidad de un equipo tiene un impacto directo en la satisfacción de sus clientes. La mejor manera de desarrollar un equipo de primera categoría consiste en centrarse en la contratación, dedicarle esfuerzo a la captación y a la formación inicial. Todo tiempo que destinemos a este momento inicial revierte directamente en la cultura de nuestra empresa.

Es cierto que las personas son el activo más valioso y la clave del éxito y la implicación de los empleados tiene un impacto positivo en la cultura. Si se trabaja duro para crear un ambiente que permita a los empleados que prosperen el resultado es exponencial, si el nivel de exigencia es elevado todo se retroalimenta y fomenta la excelencia.

No obsesionarse con tu competencia

Puede ser tentador estar constantemente obsesionado y con un ojo puesto en la competencia: ¿Qué están haciendo ahora? ¿Cómo están siendo más innovadoras que nosotros? ¿Cómo consiguieron ese cliente?

Una de las lecciones más valiosas es que cada uno debe trazar su camino, si prestamos mucha atención a los competidores perdemos la perspectiva de nuestro negocio y no nos centramos en ofrecer productos y servicios más atractivos. Pongamos el foco en nuestros negocios y no nos dejemos guiar por lo que haga nuestro vecino.

El fracaso motiva

Si bien esto puede parecer contradictorio, creo que el fracaso (en el contexto adecuado) puede ser útil. La creación de una cultura que permita a los trabajadores fallar de vez en cuando es muy importante para el éxito de una empresa. Cuando alguien sabe que no van a ser castigados por un intento de hacer un mejor proceso o una idea, son más propensos a probar. Esto crea una cultura de la innovación dentro de una organización.

Cuando a un miembro del equipo se le permite tomar sus propias decisiones y fallar, es positivo, siempre y cuando, tengan la capacidad de identificar la falla rápidamente, corregirla, aprender de ella y volver a la pista.

En Pymes y Autónomos | ¿Qué hacen los buenos empresarios?

Imagen | Rafael J M Souza

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