Seguimos a vueltas con lo de la mal llamada ley anti tabaco, pues no es anti tabaco sino anti-humo. Es hora de tratar el tema con un poquito de sentido del humor, que tenemos muchos otros motivos más importantes para estar enfadados, no nos agriemos por esto.
Voy a enumerar las ventajas y desventajas que tienen este tipo de locales, para, de una manera razonada pero con un toque de humor, tratar de convencer a aquellos que simplemente acatan la ley por miedo a las sanciones.
Para el empresario:
Por supuesto nos evitaremos sanciones económicas por este motivo.
Un ambiente sin humo permite mantener un ambiente salubre con menos renovaciones de aire por hora, se ahorra en electricidad, y al precio al que la están poniendo todo ahorro es bueno.
Si los clientes tienen que salir a fumar, y hace frío fuera, volverán antes a por otro café calentito.
Si los clientes salen a fumar y no vuelven, hay rotación, así no está un cliente toda la tarde con un solo café, el periódico y media cajetilla de cigarrillos, que se fuman mientras leen gratis el periódico.
En los locales de copas, muchos de los fumadores, fumadores sociales que les llaman, tienen el pitillo en la mano porque necesitan tener algo en las manos; ahora optarán por una consumición.
Como no se puede salir del local con la copa en la mano, si salen se acabarán la copa antes, cuando vuelven a entrar probablemente pidan otra.
En los locales donde se sirvan comidas, mejorará la calidad de estas, ya que tanto los camareros como el jefe como los clientes notarán enseguida si algo huele a podrido.
Si la normativa municipal y el ancho de la acera te lo permiten, tu local ampliará su superficie con una terraza exterior, es previsible que algunos ayuntamientos sean permisivos, o incluso adapten sus ordenanzas si la presión de los hosteleros es fuerte.
No será necesario gastar 20 litros de limpiador cuando hagas la limpieza del local para que éste vuelva a oler a limpio, con 15 a lo mejor ya llega, haz la prueba, es un buen ahorro.
Ya no te tendrás que preocupar de reponer los ceniceros que te mangan los clientes “de recuerdo”, ni de los que se rompan.
No tendrás que lavar tan a menudo los uniformes de los empleados.
No tendrás que cambiar mantelerías chamuscadas por clientes que no apuntan con el cenicero; ni retapizar sillas por el mismo motivo.
Si hay vidrieras en tu local no tendrás que limpiarlas tan a menudo para que se pueda ver a través de ellas, ni ponerles caros vinilos pegados para disimular que ya no son transparentes.
El peligro de incendio del local se reduce, pero va a ser difícil que la compañía de seguros reduzca la prima por eso, sería planteable.
No gastarías nada en mecheros que le prestas a los clientes para encender el cigarrillo y luego “olvidan” devolver.
Podrás ver las caras de tus clientes, ya no te será necesario esperar a que hablen para reconocerlos en la neblina.
Para los clientes:
Tanto los fumadores como los no fumadores respiran mejor en un ambiente sin humo.
Los no fumadores que no salían de casa por no volver apestando a tabaco, entrarán en los locales; (eso compensará por los que decidan quedarse en sus casas para fumar y hacer botellón hasta que los vecinos los denuncien por ruidos.)
Se preocuparán de entrar al local aseados y perfumados; ya no entrarán guarros en tu local, porque enseguida el olor les delatará.
Podrán salir de tu local de tapas favorito oliendo sólo a fritanga, no a fritanga mezclada con tabaco.
Podrán ver si sus amigos están en el local sin tener que ir apalpando a toda la clientela entre la niebla hasta oír una voz conocida.
Las desventajas:
Hay que salir a fumar aunque haga frío o mucha calor.
No puedo fumar dentro.
No puedo hacer barquitos con las colillas en el WC y dejarlas flotando para deleite de los demás usuarios.
Si hace viento me cuesta más encender el cigarrillo.
Ahora saboreo el café y no era tan bueno como creía.
Ahora seré menos solidario con el Estado, si fumo algo menos, ingreso menos impuestos no deducibles.
En Pymes y Autónomos | Humor
Imagen |Germán R. Udiz