Pues bien, para estas dos fórmulas y todas aquellas que nos quieran proponer, existe una fuente de financiación adicional que ningún político plantea pero todos desean: ¿Por qué no afloramos los negocios de economía sumergida?.
Uno de ellos, es el negocio de la prostitución. Sin entrar en temas éticos o morales, y sin existir un estudio oficial sobre las cifras del sector, éstas son escalofriantes:
- 400.000 Trabajadores/as
- 18.000 millones de euros en volumen de operaciones.
Aplicando, digamos una cotización mensual de 250,00 € (equiparable a la cotización de autónomos), la Seguridad Social obtendría unos ingresos adicionales de 1.200 millones de euros, pero donde viene el plato fuerte sería en Hacienda. Sujetando a IVA el volumen de ingresos, se recaudarían 2.880 millones de euros, y por renta o sociedades, 4.500 millones de euros; Es decir, regulando un sector, que dicho sea de paso, el 70% está a favor que esto se realice, Hacienda recaudaría unos 7.380 millones de euros adicionales. Curiosamente, ésta cifra es el coste de la reforma fiscal propuesta por el PP, según Solbes.
Si a mi, puestos a elegir me ofrecieran la posibilidad de aplicar las reformas que quieren impulsar los dos grandes partidos a cambio de emerger economías sumergidas, y no modificar otro impuesto como contrapartida, yo planto un SI rotundo. Hoy, sin ir más lejos, los empresarios catalanes del sexo, han iniciado una campaña para conseguir que la prostitución sea una actividad económica más.
Fuente: El País