La falta de docentes se ha convertido en uno de los problemas más relevantes del sistema educativo español. Según los últimos datos, España arrastra un déficit de miles de profesores, especialmente en áreas críticas como las asignaturas de matemáticas, tecnología o filosofía.
Solo en 2023, más de 700 plazas de matemáticas quedaron vacantes en oposiciones, lo que evidencia una tendencia estructural. Un problema que no solo atiende ni es exclusivo de nuestro país, como ha advertido la UNESCO, sino que existe una escasez de docentes en toda Europa, lo que amenaza la calidad educativa y la equidad en el acceso a la enseñanza.
Causas de un déficit creciente
En esta tesitura, el contexto español muestra una particularidad propia que supone un agregado al problema: la dificultad para atraer y retener talento cualificado.
El informe de la Unesco, publicado el pasado mes de abril, señalaba que la tasa de abandono docente se ha duplicado en diez años. En 2015, era de un 4,6 %; en 2022, ya alcanzaba el 9 %, y de forma mucho más notable entre los profesores más jóvenes con una alta rotación laboral.
Según El País, suman varias razones para explicar el fenómeno, donde los continuos cambios legislativos y su relación con la falta de tiempo, reprogramaciones y planificación extra fuera de las aulas no ayudan, como explicaba Mayte Ortiz, directora de la Fundación SM.
Las razones de esta carencia, que calcula que serían necesarios alrededor de 46.000 profesores extra para toda España en los próximos años, son múltiples. En primer lugar, la inestabilidad laboral, donde gran parte del profesorado vive en la interinidad, con contratos temporales y condiciones que generan incertidumbre.
A todo ello, se suman salarios poco competitivos, especialmente frente a las oportunidades que ofrece el sector privado en ámbitos y materias vinculadas al ámbito de las STEM: acrónimo inglés para referirnos a Science (Ciencia), Technology (Tecnología), Engineering (Ingeniería) y Mathematics (Matemáticas).
A lo anterior, se suma el envejecimiento del profesorado, un aspecto clave, como demuestra que la media de edad está cercana a los 50 años, lo que anticipa jubilaciones masivas sin un relevo generacional suficiente.
Además, existe un desajuste entre la formación universitaria y las necesidades reales de los centros: en especialidades técnicas, los graduados no siempre cuentan con las competencias prácticas necesarias.
Por último, la carga burocrática y la sobrecarga de trabajo desmotivan a los profesionales, alimentando la fuga de talento hacia otros sectores o países. Como señalaba El País, la combinación de falta de vocaciones, desgaste y precariedad explica por qué “faltan profesores” en cada vez más comunidades.
Un espejo para las pymes
Todo ello, guarda paralelismos evidentes con la gestión de talento en el tejido empresarial. La gestión educativa enfrenta retos parcialmente similares a las dificultades de la empresa española para atraer y retener determinados perfiles.
En muchos casos, los problemas son similares: condiciones laborales poco atractivas, falta de estabilidad, puestos sin escalabilidad (es decir, escasas posibilidades de promoción) y un desajuste entre formación académica y competencias demandadas. Una mezcla que hace compleja la fidelización del talento disponible.
En sectores donde la demanda supera a la oferta de perfiles, como la tecnología o la sanidad, ocurre lo mismo que en las aulas: la escasez se traduce en sobrecarga para los que permanecen, caída en la calidad del servicio y riesgo de crisis estructural.
En pocas palabras, la falta de profesores no es solo un problema del sistema educativo, sino también un síntoma de cómo la economía española gestiona su capital humano.
Hoy, ocurre en colegios e institutos, pero refleja lo que puede suceder en muchos sectores si no se abordan de forma seria las condiciones laborales, la formación y la planificación del relevo generacional.
Para las pymes, el déficit docente debería servir como advertencia: el talento no se improvisa, y cuando escasea, las consecuencias se hacen sentir en la productividad y en la sostenibilidad de cualquier organización.
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