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¿Cómo optimizar la gestión de mi sociedad unipersonal?

Las sociedades limitadas unipersonales (SLU) cuentan con una serie de características que les hacen ser únicas y diferentes al resto de estructuras societarias en España. Al ser un único socio quien constituye y administra la sociedad, es también quien tiene que ocuparse de toda la burocracia administrativa, con toda la complejidad que esto implica.

A pesar de que a nivel administrativo es mucho más cómodo darse de alta como autónomo, las SLU cuentan con todas las ventajas que tienen las sociedades a nivel fiscal y en relación a su responsabilidad en caso de insolvencia. Sin embargo, la incorrecta gestión de la SLU puede suponer más costes que ventajas y, por esta razón, es importante optimizar al máximo posible este aspecto.

¿A partir de qué cifra es interesante constituir una SLU?

Una de las preguntas más habituales entre aquellos que van a comenzar una actividad empresarial por su cuenta es la forma jurídica a adoptar para realizarla. La mayoría de ellos se decantan por darse de alta como autónomos, pero existe una cifra de ingresos a partir de la cual es conveniente modificar esta forma jurídica y constituir una empresa con el fin de optimizar al máximo posible la factura fiscal.

Dado que un autónomo tributa por IRPF y una sociedad tributa por IS, es necesario calcular el punto a partir del cual es más conveniente constituir una SLU. En concreto, y de acuerdo a la tributación del IRPF y del IS para 2016, este punto equivaldría a una base imponible de unos 36.000 euros, a la cual le corresponde, para un contribuyente soltero y sin minusvalía, un tipo efectivo del 25%, que se corresponde con el tipo nominal del IS para pymes.

Dicho de otro modo, si facturamos por encima de 36.000 euros, convendría constituir una SLU para optimizar nuestra factura fiscal, mientras que si nuestra facturación está por debajo de esta cifra, es más interesante darse de alta como autónomo.

No obstante, la constitución de una sociedad y su gestión posterior, como veremos más adelante, es bastante más cara y compleja que la de un autónomo, porque exige realizar una serie de trámites que no son necesarios para el caso de un trabajador por cuenta ajena. Si no somos muy expertos en materia fiscal, conviene contratar los servicios de un buen asesor o de un software de facturación y contabilidad que realice estos trámites por nosotros. Por tanto, se asume que la cifra a partir de la cual es interesante constituir una sociedad teniendo en cuenta todas estas premisas asciende hasta los 50.000 euros.

Muchos más trámites en su constitución

El primero de los aspectos a tener en cuenta una vez nos hemos decantado por una SLU es, evidentemente, el de la constitución de la sociedad. A diferencia del autónomo, en el que tan solo es necesario darse de alta en Hacienda y en la Seguridad Social, una SLU exige solicitar un Certificado de Denominación Social, redactar los estatutos de la sociedad, liquidar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y no olvidarse de solicitar el CIF.

Estos trámites implican costes. Los gastos por el registro de la SLU oscilan entre los 1.200 y los 1.500 euros, además del capital social mínimo obligatorio para este tipo de sociedades, que en España es de 3.005,06 euros. En total, estos gastos iniciales no suelen bajar de 4.000 euros.

Por esta razón, es importante abaratar y agilizar al máximo posible todos estos trámites administrativos. Conviene utilizar todo el potencial que ofrecen las nuevas tecnologías, a través de formación online, utilizando marketing online o adquiriendo los servicios de asesorías y empresas que ofrecen soluciones empresariales, como Sage.

Puesta en marcha, y mucho más papeleo en facturación y contabilidad

Una vez puesta en marcha la sociedad, toca realizar los trámites de gestión, mucho más complejos que en el caso de un autónomo. A nivel fiscal, por ejemplo, es necesario llevar toda la contabilidad de la empresa para liquidar el Impuesto de Sociedades, así como almacenar todas las facturas emitidas y recibidas con el fin de liquidar trimestralmente el IVA.

Por esta razón, y dado que una sola persona tendría dificultades para realizar todas estas tareas, conviene disponer de un software de facturación y contabilidad online, con el fin de automatizar al máximo posible este proceso. Para ello, existen multitud de programas de facturación y de contabilidad, muchos de los cuales son gratuitos.

¿Y qué hay de mi sueldo como administrador?

Una cosa son los beneficios de la sociedad y otra muy diferente los ingresos que podamos obtener por la explotación de esta sociedad. Hay que recordar que la retirada de dinero tributa como dividendo en la declaración de la renta y, además, la sociedad debe pagarnos una nómina como administradores dentro de las labores de dirección y gestión de la empresa, la cual tributa asimismo por IRPF.

Por esta razón, la situación ideal es que la sociedad nos pague un sueldo que no supere los 36.000 euros. Estos ingresos tributarán, por una parte, a un tipo efectivo en el IRPF inferior al 25%, de manera que no sea necesario recurrir al reparto de dividendos y la sociedad tributará, en este caso, al tipo efectivo del 25% en el Impuesto de Sociedades, pudiéndonos además beneficiarnos de una deducción del 10% en el Impuesto de Sociedades por los beneficios reinvertidos en la actividad si adquirimos nuevos elementos de inmovilizado.

En definitiva, la constitución de una sociedad limitada unipersonal depende de nuestras necesidades y de nuestras particulares circunstancias. No cabe duda que su gestión es mucho más compleja de la gestión que realizamos cuando nos damos de alta como autónomos, pero no menos cierto es que, en la actualidad, lo cierto es que las nuevas tecnologías nos lo ponen mucho más fácil, con programas de contabilidad gratis y programas online de facturación que abaratan esta gestión y nos hacen la vida mucho más sencilla.

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