¿Por qué no basta un buen salario para ser feliz en la empresa?

¿Por qué no basta un buen salario para ser feliz en la empresa?
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El sueldo es la principal motivación para aceptar o cambiar de trabajo. A partir de aquí podemos empezar a hablar de mejorar las condiciones de trabajo, de conciliación, reconocimiento, un banco de horas para cuestiones personales, formación, etc. Pero ¿por qué no basta un buen salario para ser feliz en la empresa?

Muchas veces hemos hablado de la retribución emocional, los factores ajenos al sueldo que pueden hacer que un empleado esté contento en la empresa. Estos factores ayudan a la retención del talento y son un incentivo que suma a la hora de atraerlo cuando tenemos una vacante. A largo plazo son decisivos para mantener la estabilidad de la plantilla.

El salario es necesario pero no suficiente

Porque una mejora de sueldo es algo que desean todos los trabajadores, pero una vez pasados los primeros meses, no supone un factor diferencial. Adaptamos nuestra forma de vida y gastos al nuevo salario, pero no nos va a hacer más felices. Es un factor básico a la hora de atraer talento en la empresa, pero no para su retención.

Además una vez que se pasa determinada cifra, que puede estar en torno a los 70.000 u 80.000 euros brutos anuales, un aumento de sueldo prácticamente no implica diferencias. Por lo tanto a la hora de gestionar nuestra plantilla, los puestos directivos y aquellos que tienen salarios más altos necesitan más.

Lo malo es que la mayoría de los empleados tienen salarios muy por debajo de esta cantidad, atendiendo al sueldo medio. Por lo tanto si que hay mucho margen en la mayoría de los puestos para que la gratificación no sea sólo en forma de palmadita en la espalda, sino también reflejada en la nómina a final de mes.

La relación con jefes y compañeros

Pero sobre todo un factor clave para ser feliz en el trabajo es el jefe. La mayoría de los empleados no dejan una empresa, dejan atrás un jefe que ya no les motiva, que con el que no tienen "feeling" o que sabes que no te ayuda a mejorar profesionalmente.

Y por último están los compañeros. Una empresa con mal ambiente puede resultar una losa imposible de aguantar para la mayoría de los empleados. Se entra en un círculo vicioso que hace que ir al trabajo supone entrar por la puerta de la oficina con ganas de marcharse a casa al momento. Y lo peor cuando se llega a este punto es que los empleados que aguantas es porque se sienten atrapados sin posibilidad de cambiar de empleo.

No es bueno para el empleado estar descontento en el trabajo, pero es mucho peor para la empresa tener una plantilla totalmente desmotivada. Será una fuente de problemas a corto y medio plazo. Es aquí donde intentar encontrar otras motivaciones para los empleados es clave más allá de su salario.

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