Por qué la flexibilidad de horarios es una utopía para la mayoría de las empresas

Por qué la flexibilidad de horarios es una utopía para la mayoría de las empresas
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La flexibilidad horaria es uno de los deseos de muchos trabajadores en España. Poder tener una horquilla de un par de horas para entrar a trabajar y lo mismo para salir. Si además se complementa con la posibilidad de trabajar desde casa alguna tarde, lo cierto es que resulta muy cómodo. Pero lo cierto es que la flexibilidad de horarios es una utopía para la mayoría de empresas.

Y no es que ellas no quieran implantarlo, es que muchas de ellas no pueden o realmente no saben cómo llevarlo a cabo debido a las características de la misma. Conocen los beneficios que aportaría, cómo mejoraría el ambiente laboral, mejora del rendimiento y productividad de los empleados o reducción del absentismo. También un mayor compromiso de los trabajadores, pero a pesar de ello no se implanta.

Algunos motivos por los que no se puede implantar la flexibilidad horaria

Sobre todo se debe a problemas organizativos, donde es muy complicado flexibilizar la jornada. Vamos a ver algunos ejemplos:

  • Empresas con trabajo a turnos 24x7, donde la única flexibilidad posible es que los empleados cambien turnos entre ellos para adaptarse a su vida personal. Y esto nunca es al gusto de todos. Si la salida de un trabajador implica la entrada de otro que lo sustitye no se puede permitir que el horario de inicio sea flexible.

  • Lo mismo ocurre con aquellas empresas que tienen picos de actividad muy marcados, que implantan horarios partidos. En estos casos hay que cubrir determinadas franjas lo que implica que no se puede flexibilizar los horarios o trabajar desde casa.

  • Horario comercial por lo que el lugar de trabajo tiene un horario de atención al público que tiene que ser cubierto. Hay que atender a los clientes que llaman o llegan a las oficinas, por lo que si alguien se queda en casa para trabajar se sobrecarga a los que quedan en la empresa.

  • Sólo se trabaja desde la oficina sin posibilidad de conectarnos desde casa. Todavía son infinidad las empresas que no pueden trabajar en remoto y esto limita mucho las posibilidades de trabajo flexible.

  • La micropyme no puede permitirse el horario flexible. En las empresas más pequeñas este hecho hace imposible flexibilizar los horarios. Y ni se plantean abrir menos horas ya que en muchos casos supone una merma de ingresos que no se pueden permitir.

  • Horas extras y prolongación de jornada más allá del horario establecido, es el día a día de muchas empresas, por lo que ni se plantean flexibilizar los horarios.

Lo cierto es que se habla mucho de la flexibilidad de horarios, de su racionalización, de conciliar vida personal y familiar, pero la realidad es bien distinta para la mayoría de organizaciones. La flexibilidad está muy bien en las empresas grandes, pero las pymes de menos de diez empleados es la norma en España. Además en las grandes, en muchos casos sólo la aplican a los empleados de la matriz, que tras un proceso de externalización de servicios en su mayoría son puestos directivos. Las subcontratas no tienen estas ventajas en muchos casos.

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Imagen | TBIT

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