Mentir en el currículo, adornarlo, hincharlo o maquillarlo se ha convertido casi en un hábito. Y hay diferentes áreas clásicas donde nos gusta decir que somos más guapos de lo que realmente somos. Inglés nivel medio hablado y escrito, cuando apenas se sabe conjugar el verbo to be. Ofimática nivel medio, cuando no sabemos ni crear un acceso directo. Un analfabetismo digital de los empleados que la empresa necesita combatir.
Porque no se trata solo de crear un acceso directo en el escritorio para una aplicación, que también la cosa se ha complicado con Windows 10, sino de tener una cultura digital para trabajar, para saber adaptarse, no cerrarse ante nuevas soluciones, ver el lado positivo que pueden aportarnos y sacarles todo el partido.
Y no poner en riesgo los datos y sistemas de la empresa por imprudencias, por pulsar un enlace de un correo que te descarga una aplicación que no sabes qué es, decir a todas las pantallas que sí sin pararte a leer que estamos aceptando. Total la vida es demasiado corta para leer y aceptar los términos y condiciones, los disclaimer de correos, los contratos que firmamos, aunque sean en nombre de la empresa.
La cultura digital deber ir más allá que aprender a identificarse en nuestro ordenador, abrir y utilizar los tres o cuatro programas con los que realizamos la mayor parte de nuestras tareas. Es necesario disponer de una mayor cultura digital, sin apriorismos previos. Y aquí no es algo que dependa de la edad. Igual que todo el mundo se ha acostumbrado a utilizar los smartphones en su vida cotidiana, el uso de herramientas digitales tienes que estar presente en la empresa.
Pero la empresa también tiene que poner de su parte. Es necesario incidir en estas cuestiones, y no darlas por supuestas, a la hora de cubrir vacantes. Un pequeño test basta para hacerse una idea de la cultura digital del candidato, igual que para saber su nivel de inglés se le realizan una serie de preguntas.
Además es necesario realizar cursos de formación para que todo el mundo comprenda determinados aspectos que tienen que ver con la seguridad, la productividad, o la protección de datos, ahora que entra en vigor el nuevo RGPD.
Y tener usuarios lideren la transformación digital y ayuden a sus compañeros. Esta cuestión es fundamental, que en cada departamento haya alguien al que puedan acudir en caso de duda. De esta forma el usuario dubitativo se siente mucho más seguro con esta cuestión.
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