Los cinco tipos de líderes que existen en una empresa, según Great Place to Work

Los cinco tipos de líderes que existen en una empresa, según Great Place to Work
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Un líder no es un jefe. Hay diferencias bastante significativas que hacen del manager de un equipo o grupo de trabajo alguien seguido por sus subordinados o temido por ellos. Todos aspiran a ser líderes, aunque muy pocos lo consiguen, pues es necesario tener un talante y unas características bastante especiales que no siempre es fácil de conseguir.

Great Place to Work, referente internacional en consultoría de investigación y gestión de alta dirección, ha querido ir un poco más allá. En un estudio que han elaborado con 75.000 empleados y más de 10.000 managers encuestados, han querido clasificar a los diferentes jefes de personas según sus cualidades y distinto tipo de liderazgo. Y hay algo que destaca por encima de todo: no todos los jefes son los candidatos perfectos para la responsabilidad que soportan y solo los líderes para todos son los que consiguen impactar positivamente en los resultados de las empresas.

El líder involuntario

A pesar de haber llegado a esta posición, es una persona que por diversas circunstancias accedió al puesto, pero nunca se propuso serlo. Carece de habilidades sociales para motivar e inspirar a las personas que se encuentran bajo su dirección. Se le reconoce fácilmente por pensar en su equipo de trabajo como un grupo de empleados y no de personas, obtener reconocimiento por tareas que no son suyas o no llevar a cabo cambios tras recibir comentarios negativos sobre su desempeño profesional.

Es, por tanto, lo más parecido a un jefe, ya que resuelven sus problemas alzando la voz o emitiendo juicios personales sobre los demás. Por supuesto, son los líderes que menos impacto positivo tienen sobre los resultados de su compañía.

El líder inestable

Es aquel que no apoya activamente a su equipo de trabajo o no realiza sus tareas en la medida que la empresa lo necesita. Dicho de otro modo, no dan un paso adelante cuando la situación lo requiere. Suelen tener sus personas favoritas dentro del equipo de trabajo y no conciben trabajar para otros grupos diferentes.


Además, no se centran porque tienen problemas personales y profesionales en cuanto a la relación con otras personas. Suman quejas de sus empleados y suelen recibir advertencias por no alcanzar sus objetivos.

El líder transaccional

El líder transaccional se limita a sacar el trabajo adelante. Son buenos en lo que hacen y verifican continuamente que las tareas están realizadas. Sin embargo, no fomentan las relaciones profesionales con los empleados, de modo que estos se sienten desprotegidos. Dan muchas órdenes, pero escuchan poco.

El buen líder

Se trata de un tipo de líder más cercano a la perfección. El buen líder es consistente, incluyente y sincero. Son claros acerca de las expectativas, entienden que hay errores que ocurren y saben que hay vida más allá del trabajo. Pueden hablar con cualquier empleado de cualquier problema y les ayudan a desarrollarse en sus carreras y a promocionar.

El líder para todos

Por último, el líder para todos es el mejor en términos de rentabilidad para las empresas y satisfacción para los empleados. Son los que más ayudan a incrementar los resultados de las compañías al establecer un sentimiento fuerte de colaboración dentro de los equipos. Siempre lideran desde atrás, permitiendo a las personas desarrollar su trabajo de la mejor forma posible y tratan a todos de la mejor forma, independientemente del puesto que ocupen.

Por supuesto, reciben buenas evaluaciones por parte de sus superiores por su desempeño y han sido promovidos por sus habilidades de liderazgo o el éxito de sus equipos. En realidad, todo tipo de líder puede acabar convirtiéndose en el líder para todos si se lo proponen.

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