¿Cuánto paga tu empresa por ti? Quizá más de lo que piensas

¿Cuánto paga tu empresa por ti? Quizá más de lo que piensas
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Una de las proclamas sociales más habituales entre algunos colectivos continúan siendo demasiado bajos, especialmente si los comparamos con los países de nuestro entorno y que, por tanto, tienen que incrementarse con el fin de proporcionar un trabajo digno a todos los ciudadanos españoles. Esta ha sido la razón por la que, posiblemente, una de las primeras medidas del Gobierno ha sido el incremento histórico en el SMI, cuyas consecuencias sean todavía muy discutibles.

Sin entrar a valorar los beneficios que un aumento de salarios tiene en las empresas más allá del aumento en la demanda agregada de la economía, lo cierto es que, en España, nuestro salario neto tiene poco o nada que ver con nuestro coste laboral. Nuestra empresa paga por nosotros una serie de beneficios sociales que no están incorporados en la nómina y que, en realidad, suponen un coste mucho mayor del que podrías imaginar.

Las cotizaciones sociales, una rémora que se lleva el 30% de nuestro salario

Una de las quejas más habituales de los trabajadores autónomos es, con razón, que las cotizaciones sociales que pagan son demasiado elevadas, y que su pensión de jubilación es sensiblemente inferior al de los trabajadores asalariados cuando, además, estos últimos han aportado menos a la caja de la Seguridad Social. En realidad, se trata de un mito falso, pues los trabajadores asalariados abonan, generalmente, una cuota mensual superior a la de los trabajadores autónomos, especialmente a aquellos que cotizan por la base mínima, la inmensa mayoría.

Desde 2014, la nueva nómina de los trabajadores asalariados refleja, además de todos los devengos salariales y las deducciones, el coste laboral unitario que le supone a la empresa contratar el trabajador. En un apartado aparte, se calculaban los abonos a la Seguridad Social a cargo de la empresa, muy superiores a aquellos abonos realizados a cargo del trabajador. En concreto, los tipos aplicados a la base de cotización a cargo de la empresa y del trabajador son:

Concepto

A cargo del trabajador

A cargo de la empresa

Total

Contingencias comunes

4,70%

23,60%

28,30%

AT y EP

0%

1,35%

1,35%

Desempleo

1,55%

5,50%

7,05%

Formación

0,10%

0,60%

0,70%

Total

6,35%

31,05

**37,4%**

Además, en el caso de hacer horas extras, también será necesario sumarle los siguientes tipos de cotización:

Concepto

A cargo del trabajador

A cargo de la empresa

Total

Horas extraordinarias fuerza mayor

2%

12%

14%

Resto de horas extraordinarias

4,70%

23,60%

28,3%

Total

6,70%

35,60%

42,3%

Estos tipos se aplican sobre la base de cotización, que se calcula teniendo en cuenta todas las remuneraciones obtenidas por el trabajador, incluido el salario en especie, y prorrateando la parte proporcional de las pagas extras.

Un ejemplo práctico

Supongamos una persona con un sueldo mensual de unos 1.300 euros. La base de cotización de esta persona es de 2.000 euros al mes, una vez hemos tenido en cuenta todas las remuneraciones y la parte proporcional de las pagas extras. La empresa tendrá que pagar por ese empleado según los siguientes conceptos:

  • IRPF: supongamos un 12,89 por ciento sobre la base del IRPF (no tenemos en cuenta las pagas extras, que serían de 270 euros); en total, 223 euros (12,89 * 1.730).
  • Descuentos por contingencias comunes: 94 euros a cargo del empleado y 472 a cargo de la empresa. En total, 566 euros.
  • AT y EP: 27 euros a cargo de la empresa.
  • Desempleo: 31 euros a cargo del trabajador y 110 euros a cargo de la empresa. En total, 141 euros.
  • Formación profesional: 2 euros a cargo del trabajador y 12 euros a cargo de la empresa.
  • FOGASA: 4 euros a cargo de la empresa.

El coste laboral unitario de un empleado con un sueldo neto de 1.300 euros es, sumando todos estos conceptos, de 2.275 euros. Dicho de otro modo, la empresa tiene que pagar un 42% del salario bruto del empleado al estado, y éste solo obtiene un 58% del fruto de su trabajo. Cuanto mayor sea el sueldo, más porcentaje deberá dedicar para pagar impuestos y cotizaciones sociales.

De estos cálculos, lo que queda claro es que la voracidad recaudatoria del estado se ceba con las personas que tienen una nómina, al deducirles casi la mitad de su sueldo. Así que, si quieren salarios altos, ¿por qué no comenzar por bajar las cotizaciones sociales?

En Pymes y Autónomos | Comparativa entre la fiscalidad de asalariados y autónomos

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