Cuando cobrar por un trabajo parece ilógico

Cuando cobrar por un trabajo parece ilógico
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Hay ciertas profesiones que tienen el estigma del intrusismo más que otras. Ese tipo de trabajos que cualquiera se ve capacitado para realizar, y si no es así, lo considera tan fácil que no comprende que se le pueda llegar a cobrar una cifra u otra.

Los diseñadores gráficos, los periodistas, redactores, expertos en social media saben de miradas cargadas de sorpresa cuando dicen en voz alta sus honorarios.

Invertir años en formación

Aquella frase tan manida: "No cobro por apretar un tornillo, sino por saber qué tornillo es" sigue vigente, con las nuevas profesiones y con las que cualquiera cree que puede hacer.

Una manera de argumentar que nuestro trabajo es igual de válido que el de cualquier otro profesional es dejar claro los años que hemos invertido en formarnos en esa profesión.

Si bien hay gente que puede tener facilidad para diseñar una página, por norma, no lo hará igual de bien que un diseñador gráfico que no sólo se ha formado sino que lleva años haciendo ese tipo de trabajos.

La calidad se paga

Si un negocio busca un logo para su empresa, debería pensar que ni es fácil, ni que su sobrino lo puede hacer con dos programas o sencillamente buscar uno gratuito.

Imaginemos que vemos una tarta en un escaparate y cuando entramos para comprarla, le decimos al dueño de la tienda que nos parece cara y que nosotros la haríamos igual o mejor y más barata. Tal vez seamos unos manitas en la cocina pero ese pastelero lleva a sus espaldas cientos de tartas y sabiduría.

Respetar el esfuerzo, tiempo y energía de los demás, debería ser lo habitual y no un obstáculo contra el que muchos profesionales luchan a diario para poder cobrar un dinero que merecen tanto por su preparación como por ser resolutivos.

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