Cómo deshacerte de tus clientes

Cómo deshacerte de tus clientes
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Parece una incoherencia, pero en muchos negocios no tienen un concepto claro de lo que significa el trato al cliente. No sólo como una norma de cortesía sino como una estrategia de marketing.

Son varias las razones que pueden estar detrás de un comportamiento que rechaza al cliente que cruza el umbral de tu negocio: falta de empatía, falta de profesionalidad, falta de habilidades sociales. Pero, en muchas ocasiones la oportunidad de cerrar una venta no está en la balanza del cliente, sino del que ofrece un producto o servicio.

Pautas para deshacerte de tus clientes

1. Son una molestia

No mirar a los ojos de nuestro interlocutor. Dejar que haga preguntas pero no ofrecer ninguna respuesta. Facilitar que se marche cuanto antes porque lo que nos ha pedido no lo tenemos, y si existe algo similar en nuestro local "seguro" que no será de su interés.

2. El negocio no es mío, así que me importa poco lo que desees

Me han contratado pero el negocio no es de mi propiedad, qué importa si soy más o menos amable. Cumplo con mi horario y si se vende o no, no es un esfuerzo que deba hacer. Si un cliente se marcha, la culpa no es mía.

3. Apatía es mi lema

Si un cliente pregunta si el local se llenará más tarde porque tiene intención de quedarse, le diré que no lo sé, que depende, y por supuesto no le alentaré a que tome asiento y le serviré nada. ¿Por qué ser amable con alguien? Sólo es se trata de una persona, dos a lo sumo.

4. Cerramos a esta hora, no insistas, no te voy a atender

Si un cliente entra a nuestra tienda y desconoce el horario, le daré mil excusas para que comprenda que me quiero marchar a casa antes que ofrecerle que se quede y ese día cierro diez minutos más tarde.

¿Por qué tratar bien a una persona que puede convertirse en un cliente fiel? Si cierro a las 21:00 horas, es su problema desconocer ese dato, ya vendrá otro día.

Aunque resulte extraño, en más de una ocasión todos nos hemos visto en alguna de estas situaciones. En momentos donde cerrar una venta, o que un local se llene resulta complicado, llama la atención el poco tiempo que emplean algunos dueños de negocios al contratar a un personal desmotivado que, por ejemplo, no duda en decir: "Yo no entiendo de tés", cuando está tras un mostrador donde se venden infusiones. ¿El responsable es el trabajador o el dueño por no formar?

El damnificado sin ninguna duda, será el cliente y la cuenta de resultados que a final de mes describirá que vender es un arte y también una cuestión de esfuerzo y dedicación por parte del dueño.

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Imágenes|Alejandro Arce Herrero

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