Seis errores que cometemos con el WiFi en los negocios
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Seis errores que cometemos con el WiFi en los negocios

Ya hace años que muchas organizaciones implantaron el uso de conexiones WiFi. Al principio en muchos casos con reparos, porque eran mucho más lentas o más inseguras que una conexión cableada. Hoy en día todos estos aspectos parecen superados, pero lo cierto es que las conexiones inalámbricas no se usan del todo bien en el mundo profesional o no se le saca todo el partido que se podría. Vamos a ver seis errores que cometemos con el WiFi en los negocios.

Porque de estos reparos iniciales se ha pasado a que la conexión inalámbricas se han convertido en una obligación que debe tener toda empresa. Por un lado los clientes muchas veces nos solicitan esta conexión para poder conectar sus propios dispositivos, por otro lado tenemos a nuestros trabajadores, que también lo hacen. Por último están los equipos corporativos que utilizan dichas conexiones.

1. No mantener redes separadas para clientes

Este es el principal problema que encontramos en muchas empresas. El WiFi parece ser una especie de cajón desastre, donde todo el mundo se conecta de forma indiscriminada. Si estamos facilitando la contraseña por defecto de nuestro router de comunicación, el que nos dejó la operadora, casi podemos estar seguros que es así.

Los clientes podrían llegar a acceder a los datos de negocio sin ningún problema... basta un poco de curiosidad o una aplicación maliciosa que se instale en sus dispositivos sin que ellos sean conscientes para que los datos de gestión de nuestro negocio, de facturación o personales queden expuestos. Y esto además de un problema de seguridad puede provocar sanciones por incumplimiento de la LOPDPGDD.

Por este motivo también sería recomendable que los clientes permanecieran aislados entre ellos, es decir, que yo con mi teléfono o mi portátil no pudiera acceder o tener que compartir red con el dispositivo de alguien que está sentado a mi lado en una sala de espera o tomando un café en otra mesa.

2. Conexión WiFi para empleados y el BYOD

Algo similar podría ocurrir con los dispositivos personales de los empleados. Los que se conectan con sus portátiles privados o sus tablets, donde ellos son los administradores, han instalado y desinstalado programas de todo tipo, muchas veces de orígenes más que dudosos que pueden comprometer la continuidad del negocio.

Si vamos a permitir que se conecten a la red de la empresa tienen que hacerlo de manera segura. Lo mismo con los teléfonos personales, que en ocasiones pueden estar infectados sin que ellos lleguen a detectarlos y provocar problemas. Luego cuando algo ocurre en muchos casos nos preguntamos como ha sido posible.

Una buena conexión BYOD permite habilitar puestos de trabajo que son compartidos o itineranes. Es decir, una zona de trabajo que requiere de una mesa y un enchufe, pero poco más. El empleado que ocasionalmente pasa por las oficinas, conecta su portátil y trabaja unas horas o unos días. Después lo hará otro, ya que está pensado para aquellos que siempre están fuera de la oficina.

3. No tener una cobertura completa

En muchas empresas el WiFi parece más un incordio que una solución. Por eso se monta de cualquier manera. Y dónde llega, llega. De esta manera nos encontramos que una parte de las instalaciones no tienen cobertura. En la sala de reuniones no llega o si tienes suerte en la cafetería y te has sentado cerca del router tienes, pero en otra zona no.

Cais

Casi todas las emrpesas tienen WiFi, pero ¿cuántas le sacan realmente partido?

4. Tener una infraestructura obsoleta

Una red WiFi eficiente en la empresa puede ser un ahorro importante de costes. No es necesario cablear toda la empresa y en zonas donde antes no podíamos conectar más dispositivos ahora podemos trabajar sin problemas. Pero para ello es necesario que todo funcione como es debido.

No es raro ver que la infraestructura WiFi está obsoleta. Antenas que tienen poca cobertura o una velocidad muy baja provocan que sea muy complicado plantearse el uso de las conexiones inalámbricas para trabajar, al menos de forma eficiente.

De esta forma muchas veces se renuncia a la hora de instalar cámaras, impresoras o teléfonos porque no llega un cable a una determinada zona. Una WiFi eficiente puede ahorrar mucho dinero a a la empresa.

5. No priorizar conexiones y limitar descargas

Dentro de esa eficiencia de las conexiones inalámbricas hay que saber priorizar las conexiones. Será más importante la velocidad de la red corporativa, que la de clientes, la de videoconferencia que en la que están la cámaras de videovigilancia. Es necesario poder dar los recursos a las conexiones que más lo necesitan.

Lo mismo podríamos decir a la hora de limitar las descargas, por ejemplo en la red de clientes, donde puede haber alguien que abuse de la conexión. En este último caso debería ser necesario limitar también el tiempo de conexión por dispositivo. De esta manera se conceden accesos por tramos de media hora en función de las características de nuestro negocio. No es lo mismo la sala de espera de un dentista que un restaurante donde vamos a estar comiendo y permaneceremos allí un par de horas. Otra opción es limitar la cantidad de datos que se pueden llegar a descargar.

6. No aprovechar para fidelizar clientes

Una última cuestión es que la conexión de la red WiFi de los clientes no nos sirva para fidelizarlos. Que vean en la página donde tienen que identificarse las ofertas que tenemos o que los datos que nos han facilitado luego no los utilicemos para reclamar su atención.

¿De qué sirve obligar a los clientes a que se identifiquen con su usuario de Facebook o que nos sigan en redes sociales si luego las tenemos abandonadas? Al final es más una molestia para el cliente que no nos va a dar ningún beneficio. Es cierto que hay que tener control, pero no importunar más de lo necesario a nuestros clientes.

Imagen | andibreit

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