Toda empresa tiene sus épocas valle o de descenso de la actividad en algún momento. En estos momentos es cuando nos toca pensar en capitalizar este tiempo que disponemos para organizar tus propias formaciones técnicas en la empresa. Son muchos los aspectos técnicos en los cuales el personal de las pymes son deficitarios, de manera que lo fundamental es evaluar las carencias y organizar la formación.
La evaluación de las carencias puede ser un trabajo arduo o realmente sencillo. Podemos saber en que aspectos los usuarios de nuestra empresa precisan de más soporte o simplemente donde encontramos las principales fuentes de consulta habituales de los empleados de nuestra empresa. Una vez detectado el problema lo fundamental es trazar un plan maestro.
Si por ejemplo el principal problema que ha tenido nuestra empresa ha sido la infección por virus o el mal uso de dispositivos USB sería interesante dedicar una tarde organizando distintos grupos para que alguien del departamento técnico explique a sus compañeros las reglas básicas para tratar de impedir dichas infecciones.
Es fundamental que se organicen bien. Que haya un guión previo de lo que vamos a explicar. Una especie de programación didáctica. Los usuarios tienen que salir del ambiente de su puesto de trabajo habitual, de manera que si dedicamos una hora o dos por la tarde para reforzar algún aspecto la gente que acude note que le está siendo útil y que no es una pérdida de tiempo.
Se trata de dar un valor añadido al tiempo que tenemos en nuestra empresa. Una buena práctica consiste en preguntar a los empleados que aspectos técnicos creen que necesitan reforzar. La tecnología avanza muy rápido y muchas veces no se adoptan mejoras por falta de formación de los empleados. Pues bien, es el momento de planificar la formación en los momentos de poco trabajo para que esto no ocurra.
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