España a la cola del talento digital, pero en chascarrillos por Twitter vamos bien
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España a la cola del talento digital, pero en chascarrillos por Twitter vamos bien

Uno de los problemas de la formación en la empresa en nuestro país es que siempre ha ido muy dirigida a mejorar lo que ya está en marcha y no tanto a pensar cómo mejorar la forma de trabajar de la empresa mañana. De esta manera no es extraño que el estudio The Digital Talent Gap, creado por Capgemini y LinkedIn sitúa a España a la cola de todos los países estudiados en talento digital, con 42 trabajadores de cada 10.000 con este perfil.

Algo que corroboran las estadísticas porque según el INE, el 77% de las empresas españolas no proporcionan actividades formativas en competencias digitales a sus empleados y únicamente el 4% de las PYMES da formación a sus trabajadores. Si a esto le sumamos que más de la mitad de los trabajadores no dispone de competencias digitales el panorama pinta mal.

La digitalización no es para mí

No es el único aviso, puesto que 9 de cada 10 empresas industriales no están preparadas para su transformación digital. No se trata de algo exclusivo de la pyme, sino más bien de una falta de competencia digital generalizada, tanto en los trabajadores como en muchos directivos que son los que finalmente acaban por poner freno a la empresa.

Y por supuesto un personal donde el criterio de las competencias digitales se da más por supuesto que se valora realmente en una oferta de trabajo. Y luego nos pasa lo que nos pasa. Sabemos hacer una nómina o llevar la contabilidad con un programa pero todo lo demás nos va justo, desde crear un acceso directo a trabajar con dos pantallas porque me lío al mover las ventanas de una a otra.

La digitalización no es para mí es el remake moderno de "La ciudad no es para mí" pero nadie quiere reconocer que es Paco Martínez Soria atrapado en un mundo analógico

A la falta de propuestas de formación en esta materia por parte de las empresas se suma en muchos casos la desidia de los empleados. Ser el líder de la transformación digital de la empresa significa que nos metemos de lleno en un marrón. Los compañeros te mirarán con mala cara y si algo sale mal quedarás señalado. Nadie quiere dar un paso adelante en este sentido.

Se necesitarían consultoras especializadas en estos procesos, que pusieran delante de los directivos los números encima de la mesa con los beneficios reales de dicho cambio. Porque si se sigue mirando hacia otro lado quizás mañana cuando se quiera cambiar ya sea demasiado tarde.

Y lo que es peor, estos empleados, mandos intermedios y directivos que en muchos casos rechazan la transformación digital de la empresa, que no ven la necesidad del cambio ni sus beneficios o simplemente no se ven capaces de adaptarse luego son los primeros que tienen smartphones de última generación, usan las redes sociales, pagan con el móvil, etc. Para su ocio personal si que están dispuestos a hacer ese esfuerzo. Para llevarlo a la empresa ya es otro cantar.

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Imagen | rawpixel

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