Según un estudio reciente llevado a cabo por la empresa de colaboración remota y videoconferencias Arkadin, el teletrabajo sigue estancado en España. En concreto sólo un 8% de los trabajadores españoles tienen acceso a la oficina desde su casa. O dicho de otra manera, sólo este pequeño porcentaje podría trabajar desde su hogar sin necesidad de desplazarse a la oficina.
Es un porcentaje muy bajo si consideramos que un 40% de los trabajos de nuestro país se podrían desarrollar a distancia. Estamos lejos del resto de países europeos de nuestro entorno y países como Estados Unidos con un 15% o Filandia con un 17%. Queda mucho camino por recorrer en este sentido.
La cuestión ha dejado de ser un problema técnico para las empresas a convertirse más en un problema organizativo. El teletrabajo implica en muchos casos que determinadas prácticas en las empresas tienen que flexibilizarse. Se trabaja por tareas, por objetivos y se evita el presentismo. Los baremos de evaluación de competencias también deben revisarse para que el teletrabajo tenga mayor impacto.
Creo que en muchas empresas se ve más como una alternativa para no ir a la oficina. Yo le veo mucho más futuro si lo relacionamos con la productividad. El teletrabajo es una gran alternativa para no empezar la jornada laboral con el desplazamiento a la oficina. Aprovechando con la conexión remota esas primeras horas del día en las que somos más productivos, en lugar después del desplazamiento de cada mañana al trabajo.
Los criterios de flexibilidad que introduce el teletrabajo son los que harán ganar productividad al trabajador. ¿Significa trabajar más horas? Todo lo contrario. Significa que podremos realizar más trabajo en menos tiempo. Bueno para la empresa. Y bueno para el trabajador que tiene la posibilidad de conciliar mejor su vida personal y laboral.
Vía | Pymes y Autónomos
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Imagen | Eric__I_E