El software como servicio se ha ido imponiendo poco a poco como modelo de negocio en las empresas. Sobre todo en las empresas de nueva creación tienen la posibilidad de reducir de forma importante la inversión inicial que deben realizar para poner la empresa en marcha. Por eso el SaaS es una de las diez tendencias empresariales para la empresa en 2012.
El pago por uso es una de las cuestiones más interesantes de este tipo de ofertas. Se paga por número de usuarios concurrentes a las aplicaciones, pero también por cuestiones como espacio utilizado, etc. durante un periodo de tiempo. Al final se trata de ajustar los costes a las necesidades reales de las empresas.
Las empresas que están en fase de amortización de sus productos de software no se plantean utilizar este modelo. Ya han realizado una fuerte inversión y por lo general es complicado romper dicho círculo. Incluso una vez agotado el periodo de amortización cuestiones como la renovación de licencias con atractivas ofertas o la no tener que cambiar la forma de trabajar determinan en muchas ocasiones mantener el modelo de licencias.
Sistemas escalables y siempre actualizados
Pero lo cierto es que con cada nueva versión de nuestro programa de facturación, o de nuestro programa ofimático al final tenemos que cambiar nuestra forma de trabajar. El SaaS nos propone un modelo de trabajo que siempre tendremos el software actualizado, en base a pequeños cambios de forma continua que no representarán un problema a la hora de la adaptación de los usuarios.
A la vez tenemos un sistema escalable. Si nuestra empresa crece tenemos la posibilidad de a medida que nuestros ingresos han aumentado, poder contratar más espacio, más usuarios o más funcionalidad. Dependiendo del modelo de plan tendremos unas funcionalidades u otras de modo que quizás contratar un plan económicamente más caro nos pueda salir rentable por una cuestión de mejora de la productividad de las personas que tienen que utilizarlo.
La pérdida del control de los datos
Este es uno de los principales reparos que tienen muchas de las empresas cuando se plantean la posibilidad de dar el salto al modelo SaaS. La pérdida del control de los datos, no tener claro dónde están, si están en un centro de datos de uno u otro país, la legislación que afecta a los mismos en función de dicha ubicación, etc. son cuestiones que todavía necesitan de aclaración.
A la vez la posibilidad de realizar copias de seguridad de nuestros datos en local y la facilidad para migrar de un servicio a otro dependiendo de nuestras necesidades son cuestiones a tener en cuenta. Quizás en este sentido las empresas de este sector necesitan explicar mejor las facilidades que dan para llevarse o importar los datos desde otro proveedor.
La llegada este año de Office 365 sin duda puede ser un buen empujón para ir incorporando este modelo a las empresas pues no deja facilitar a pequeñas organizaciones las herramientas que están disponibles en las grandes organizaciones con un coste contenido. Sin duda ayudará a confiar en otras aplicaciones bajo modelo SaaS.
Por último las soluciones mixtas, que nos ofrecen la instalación de un modelo de este tipo en nuestras propias instalaciones pueden ser una buena solución para determinados tipos de empresas. Quizás se pierde redundancia, al no estar el servidor que aloja la aplicación en un centro de datos, pero muchas empresas prefieren asumir este coste a tener el servidor en las instalaciones de terceros.
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