La imagen de nuestra empresa depende de muchas cuestiones, pero lo cierto es que algunas cuestiones básicas que se tienen en cuenta a la hora de mejorar la imagen de la empresa como vestuario de los trabajadores o coche de empresa es más normal cuidarlos, pero otras cuestiones como el portátil o el teléfono no se tienen en cuenta en igual medida. El móvil de última generación contribuye a mejorar la imagen de nuestra empresa.
Porque muchas veces el coche lo hemos dejado en el parking o el portátil no saldrá del maletín. Sin embargo raro será el móvil que no sale a relucir en un visita de empresa, en un momento concreto de una reunión, etc. No se trata sólo de imagen, sino de que tenga una utilidad. Poder tomar notas de voz durante una reunión, fotos, escanear documentos o utilizarlo como lector de códigos QR en determinados momentos.
Es decir, no basta con sacar el móvil y dejarlo encima de la mesa, sino de darle una utilidad práctica en nuestro trabajo. De esta manera nuestro cliente al que estamos visitando comprueba que el uso que le damos es para mejorar nuestro trabajo, ser más ágiles y al final dar una respuesta mejor que nos ayuda a ser más eficientes y dar un mejor precio. En definitiva ser más competitivos.
El caso contrario es tener este tipo de teléfonos y utilizarlo como lo haríamos con un teléfono convencional, sin integración con los procesos de nuestra empresa o lo que es peor, para redes sociales, y que el cliente lo perciba. Los teléfonos móviles de última generación nos permiten trabajar de forma distinta, si lo sabemos aprovechar mejoraremos nuestra imagen delante de los clientes a los que visitamos, es sólo cuestión de darles el uso que corresponde.
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Imagen | Johan Larsson