Ya han empezado los movimientos y podemos sospechar que el futuro del software estará en las tiendas de aplicaciones de los sistemas operativos. El negocio que representa para Apple, Microsoft o Google la venta de software a través de su propia tienda hace que sea un bocado muy jugoso que ninguna quiera dejar escapar.
Se repite el modelo que tanto éxito está teniendo con los teléfonos y dispositivos móviles, donde el usuario se crea una cuenta y puede acceder a su catálogo de software de forma inmediata, decidiendo qué aplicaciones quiere comprar, o del modelo gratuito cuál de ellas instalará en su teléfono móvil. Un buen catálogo y una mayor comodidad para usuarios a la hora de disponer de nuevos programas.
Desde Apple ya tienen disponible este servicio. Ahora Microsoft está trabajando para tenerlo disponible cuando lance el nuevo Windows 8. Es una opción de futuro pero en la que a Microsoft le van parte de sus ingresos en el futuro. Google ya tiene preparado algo similar para cuando lance su sistema operativo en la nube ChromeOS, que no debe tardar mucho. Por lo tanto parece claro que el futuro nos depara tiendas de aplicaciones de cada sistema operativo.
Este modelo de gestión del software supone un cambio en los esquemas actuales de licenciamiento. Lo que no tengo nada claro es si este modelo de negocio es adecuado o no para la pyme. Está claro que supone un cambio radical, pero creo que si no se piensa un poco en las empresas puede funcionar mejor para usuarios particulares que para las empresas.
Mantener una pequeña empresa con un parque de cincuenta equipos bajo este modelo puede ser complicado, sobre todo si en las tiendas de software no articulan un sistema de aplicaciones pensadas para las empresas, por lo que una cuenta corporativa, que nos indique el número de licencias y en los equipos en las que los tenemos instalados, nos permita mover la licencia de un equipo a otro según las necesidades son algunas de las cuestiones que se necesitarían.
Si lo hacen bien, seguro que el sistema resulta mucho más cómodo para las empresas y lo normal es que lo adopten de forma natural sin mayores problemas. Si no articulan las herramientas necesarias, sin duda será mucho más complicado que las empresas opten por este modelo y seguirán con el tradicional que hasta ahora les ha ido funcionando.
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