Cada empresa define que tipo de estrategia sigue con sus clientes en las vacaciones. Por lo general se sitúan en un plano más cercano a lo que es habitual en las relaciones cliente-empresa. Esto puede dar lugar a que se compartan cosas más personales y no sólo puramente laborales. Pero debemos tener en cuenta quiénes nos siguen para saber cómo usar los perfiles sociales de empresa durante las vacaciones.
Ya sea la cuenta de la empresa en Facebook o Twitter, pero también en el caso de que tengamos perfiles sociales relacionados con nuestra empresa, tenemos que dar una imagen adecuada. Por ejemplo, no está mal difundir mensajes de algo que hemos visto durante nuestras vacaciones que puede estar relacionado con nuestra actividad, incluso con nuestro ocio, difundiendo una imagen de una cena, de un paisaje, etc.
Pero personalmente no me gustan las imágenes que tienen que ver con la vida privada. Aquí me pongo en el lugar del seguidor, y no quiero ver imágenes de gente a la que sigo, diría más que respeto profesionalmente en bañador con la familia. No quiero llegar a un plano tan personal. Agradezco que compartan pequeños detalles, pero no que sean tan explícitos.
Puede que muchos no estéis de acuerdo con esta afirmación, pero prefiero mantener una relación menos personal con los clientes, más de confianza que de amistad, porque la línea que separa una y otra a veces se confunde. Es más muchos clientes pueden buscar de forma deliberada esta cercanía para conseguir favores que no haríamos a nuestros clientes.
Por eso durante las vacaciones podemos ser más cercanos en las redes sociales, pero creo que no debemos utilizarlas de la misma manera que lo haríamos si estamos con nuestros amigos. Las redes sociales son una forma más cercana de tratar con el cliente o con otras empresas. Si en todo caso tenemos algún contacto con el que tenemos esa relación de amistad seguro que lo tenemos en otras formas de contacto como mensajería instantánea o podemos usar los mensajes privados de las redes sociales.
El caso más complicado puede ser el del autónomo, que no deja de tener siempre mezclada su vida personal y laboral, donde es difícil trazar la línea entre el cliente y el amigo. ¿Dónde está la línea que separa la vida personal de la laboral?
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